Economía

Argentina y los banqueros salvajes

1 Ago, 2014 - - @egocrata

Hace unos años bajo Carlos Menem Argentina tuvo la brillante idea de anclar su moneda al dólar. Era otra idea heterodoxa salida de una país con una larga tradición de soluciones de política económica creativa. Por una serie de motivos que no vienen al caso (pero que deberían ser una lección para todo aquel que cree que ser un estado independiente sin acceso a un banco central es una buena idea) esta solución acabó casi tan mal como todas ideas argentinas heterodoxas anteriores (inflación, caos, corralito, etcétera) y el país acabó declarándose en bancarrota.

Unos años después, ya con un nuevo presidente, la economía más o menos estabilizada, moneda devaluada y con el país sin acceso a los mercados, Argentina renegoció su deuda. El país pagaría un 70% menos de lo que debía a sus acreedores, ni un dólar más. La mayoría de acreedores se encogieron de hombros y se resignaron a cobrar una miseria; muchos bancos ya habían vendido sus títulos de deuda por cuatro perras a fondos de inversión, dando el dinero por perdido. Dado que nadie se fiaba demasiado de los argentinos (al fin y al cabo, este impago era uno más en una gloriosa serie histórica), en las cláusulas de los nuevos contratos se incluyeron dos condiciones: primero, se firmarían bajo legislación de los Estados Unidos, para tener algo más de seguridad jurídica. Segundo, y más importante, si algún acreedor conseguía un acuerdo separado más favorable, las condiciones se extenderían a toda la deuda (RUFO, Rights upon Future Offers), evitando así que algún amigote del presidente se llevara un acuerdo mejor.

Estas condiciones parecen bastante duras, igual que el hecho que Argentina iba a pagar la deuda en dólares, no en pesos. La idea, de nuevo, es que ningún prestamista se fía demasiado de un país que tiene la mala costumbre de dejar de pagar lo que debe cada 10-15 años. Al pagar la deuda en dólares al menos evitarían que el gobierno argentino recurriera a devaluar su moneda salvajemente para pagarles con papelitos inservibles, y al hacerlo bajo jurisdicción americana la cláusula RUFO podía ser hecha operativa, ya que los pagos se harían a través de bancos fuera de la jurisdicción de los deudores. Esta clase de arreglos son impensables para gobiernos que llevan un 70-80 años sin impagos, tienen las cuentas saneadas, un banco central independiente y políticos sensatos. Dado que los Argentinos llevan tres décadas dando pocas señales de tener nada de todo esto, cualquier emisión de deuda tiene que incurrir en esta clase de humillaciones.

Era una buena renegociación, pero hubo un pequeño problema: no todos los acreedores aceptaron. Más concretamente Paul Singer, propietario de un hedge fund sin demasiados escrúpulos, tras comprar un montón de deuda argentina por cuatro duros decidió intentar ganar dinero con una maniobra muy simple: ir a los juzgados, denunciar a Argentina por el impago, y exigir que le pagaran los bonos a precio completo, ya que eso es lo que decía el contrato. El gobierno Argentino, obviamente, le ofreció el mismo trato que al resto, pero Singer lo rechazó, y pidió más dinero. El juez dio la razón a Singer, y exigió que pagara lo que le debía. Dado que cualquier cambio que diera más dinero a Singer resultaba en pagos adicionales al resto de acreedores de forma automática, los Argentinos estaban en teoría obligados a restituir a todo el mundo por igual. Al negarse, el país pasó a estar oficialmente en bancarrota.

La protesta del gobierno de Kirchner contra este calificativo, todo sea dicho, tiene bastante sentido: los argentinos pueden y quieren seguir pagando al 30% a todos los acreedores que aceptaron el canje, y sólo dejar sin cobrar a Singer. El problema es que el juez americano que sentenció a favor del hedge fund ha prohibido al banco americano que gestiona el resto de los pagos de seguir procesándolos si no es ejecutando la cláusula RUFO que da el mismo trato a todos, así que aunque Argentina tiene un acuerdo y está dispuesto a cumplirlo con la inmensa mayoría de acreedores, a la práctica no tiene capacidad legal para llevarlo a cabo.

Lo más curioso de todo este embrollo es que probablemente no tendrá efectos demasiado importantes sobre nadie. El resultado más habitual de una bancarrota soberana es que el país que la sufre se queda sin acceso a los mercados internacionales, y se tiene que comer un ajuste económico brutal que incluye devaluaciones y ver como su sistema bancario se va a hacer gárgaras. Dado que Argentina tenía un default reciente y no estaba pagando a todos sus acreedores tampoco es que ahora mismo tuviera acceso a los mercados internacionales, así que a efectos prácticos tampoco será un gran cambio. Los acreedores que aceptaron el canje dejarán de cobrar durante unos meses (probablemente hasta enero, cuando expira la cláusula RUFO), pero no van a llorar demasiado. Cualquiera que vaya por el mundo comprando deuda argentina sabe que los impagos son como las tormentas de finales de agosto, algo más o menos aleatorio pero previsible. Además en enero cobrarán lo acordado más intereses de un 8% en los cupones impagados durante este año, así que ganarán algo de dinero. Singer, mientras tanto, seguramente seguirá sin ver un duro hasta el año que viene, cuando Argentina le ofrecerá un acuerdo un poco mejor que al resto de acreedores a cambio que se calle de una vez.

El único efecto a corto plazo de todo este alboroto será político, e irá en dos direcciones. Hacia el exterior, este mini-default es una confirmación más que Argentina es un país extraño donde los políticos hacen cosas raras, así que cualquier inversor exigirá garantías adicionales o tipos de interés más generosos antes meter dinero ahí. Los argentinos pagarán al endeudarse un poco más de lo que habrían pagado si esto se hubiera resuelto, pero no mucho. El coste adicional, desde luego, será mucho mejor que devolver el total de los bonos a todos los acreedores, algo que no podían pagar. En cuanto a política interna, el impago reforzará a Kirchner: plantar cara a los malvados capitalistas internacionales siempre vende, y en este caso es bastante probable que lo mejor que podían hacer era plantarse, y comerse el marrón internacional otra vez.

A largo plazo, sin embargo, la cosa es un poco distinta. El problema de Argentina no es este impago en concreto y como resolverlo, sino la tendencia recurrente del país en meterse en situaciones económicas insostenibles. Es muy fácil exclamarse de la crueldad de los mercados y los fondos buitre, pero la realidad es que los mercados son crueles y los buitres acuden a la carroña cuando un país gasta más de lo que tiene y se coloca él solo en una posición vulnerable. Chile, Perú o Bolivia* no andan metidos en batallas a muerte contra hedge funds por el simple motivo que no se dedican a contraer deudas que no pueden pagar. Que Argentina esté sufriendo hoy las consecuencias de los errores cometidos hace 15 ó 20 años no hace más que reforzar la idea que las mejor forma de plantar cara a los mercados es no endeudándote hasta las trancas cada vez que tienes oportunidad: cometer esta clase de errores acaba por lastrar el país durante décadas.

Dado que esta bancarrota tendrá, previsiblemente, efectos bastante limitados, lo peor que le puede pasar a Argentina es que sus políticos reciban el mensaje equivocado (otra vez). Si Kirchner y compañía llegan a la conclusión que dado que este impago no ha sido grave, la decisión más racional cada vez que hay problemas es endeudarse como cosacos y después dejar de pagar (es decir, el comportamiento tradicional argentino…) el default del 2014 será otro más en la larga lista de decisiones de política económica argentinas que acaban por salir horriblemente mal. Si entienden que esto es un recordatorio de los errores de los años noventa que no deben volver a repetirse y reforman las instituciones del país para que la política económica sea más estable, Argentina podría unirse a sus vecinos continentales y empezar a cambiar.

No sé por qué, pero creo que el primer escenario es más probable que el segundo. Espero equivocarme.

*:Nótese que a los mercados les importa un comino si eres de izquierdas o de derechas siempre que no gastes lo que no tienes. Perú y Bolivia no tienen gobiernos conservadores, pero sí gobiernos prudentes. Confundir izquierdismo con milagrería fiscal es lo que te mete en problemas, no tener más gasto público.


19 comentarios

  1. Interesante artículo. Creo que Argentina tiene 2 problemas, el interno y el externo. Desde el punto de vista interno estas políticas presupuestarias las acaba pagando la gente más humilde, entre otras cosas porque, en países que se deciden a llevar a cabo este tipo de políticas, la gente con mejores posibilidades tiene colocados sus ahorros en países y monedas extranjeras. Cada vez será más complicado endeudarse en pesos, pero no sólo para el Estado sino para la gente corriente que ve mermadas sus posibilidades de endeudarse. Los riesgos de periódicos episodios de alta inflación son muy importantes y los perjudicados serán los argentinos que verán muy complicado endeudarse en monedas extranjeras si su moneda local se deprecia continuamente, ya que ello dificultará enormemente devolver la deuda.
    Desde un punto de vista externo no solamente frenará las posibilidades de endeudarse con extranjeros. Limitará las posibilidades del comercio. Las importaciones serán cada vez más complejas, ante la posibilidad de impagos por no poder financiarlas. Las exportaciones también serán más complicadas porque muchas empresas necesitan proveedores que les ofrezcan una seguridad en el suministro y las dificultades de financiación van a elevar el riesgo de las empresas argentinas. La inversión directa en Argentina se hará de una forma muy cautelosa, aun más si añadimos otros riesgos provenientes de la actuación del gobierno. Decisiones continuadas de este tipo condenan a un país a incrementar sus relaciones con el exterior a un ritmo menor a su potencial, cuando no a reducirlas.
    Y una cosa muy importante es que de poco sirve tener una gran riqueza en recursos naturales si el país no genera renta con la que vivir, para lo cual las relaciones con el exterior se deben facilitar en todo cuanto sea posible. La responsabilidad en materia presupuestaria sería un buen primer paso.
    Reciba un cordial saludo.

  2. Amalio Rey dice:

    Buen articulo, Roger. Didactico y muy claro. Para dummies, vaya. Tienes razon en tu llamada a la prudencia y a no gastarse lo que no se tiene, por muy buitres que sean (que lo son asquerosamente) los demandantes del gobierno argentino. La «milagreria fiscal» es una terrible fuente de problemas, y no el gasto publico per se. Gracias por tu explicacion tan detallada.

  3. Juan de Juan dice:

    Un par de matizaciones chorras.

    La primera es que hay un error al explicar las siglas RUFO. Según tu explicación, debería ser ROFO. Y es que la cosa es Rights UPon Future Offers.

    La segunda es que tampoco entiendo por qué todo dios está citando la famosa RUFO clause, cuando esa cláusula, de toda la vida, y de toda la vida quiere decir casi desde el Renacimiento, se ha llamado cláusula pari passu; o, si se prefiere, par conditio creditorum. Up with Latin.

    Sobre el análisis que haces, me parece acertado en buena parte, aunque no has tenido en cuenta un factor que, a largo plazo, puede tener su importancia, que es la reacción de las otras economías de la zona. Chile, por ejemplo, juega casi constantemente a ser «la Argentina seria». Si el kisiloffismo le quiere dar a esto una deriva populista, se puede encontrar con sorpresas por ese flanco.

  4. @SB_Lavezzolo dice:

    Gracias por el post Roger.
    Te dejo tres matizaciones y una pregunta. 1) La idea de anclar el peso al dólar a comienzo de los 90 no es la responsable del corralito y el default. En su momento no fue una idea descabellada. De hecho, le permitió a la Argentina salir de la hiperinflación y volver a crecer (otra cosa es cómo y beneficiando a quién). El problema con la convertibilidad fue mantenerla tanto tiempo. Lo lógico hubiera sido ir saliendo progresivamente con esquemas como el que intentaron ya al final -2001- (atando el peso a un grupo de monedas) aunque ya era demasiado tarde. 2) La interpretación de los tribunales americanos sobre la claúsula “Pari Passu” merece algo de critica… al fin de cuentas la entrada al canje fue voluntaria. 3) Argentina esta en default selectivo. O «Greifault». Capaciddad de pago, tiene. La deuda contraída con otros acreedores se está pagando.

    PREGUNTA: La jugada de Griesa y Pollak puede tener relación con los que se forraran con los CDS? (lo pregunto sin inri, no lo sé)

    Saludos. SEBAS

    • Roger Senserrich dice:

      Buenas matizaciones. Sí, es un default forzado por un juez, cosa que es francamente extraña. Muy Argentina, también.

      Sobre Pollak, no sé si fue uno de los que se puso las botas con los CDS. Ese mundillo lo conozco muy de refilón, me temo…

    • juan dice:

      La convertibilidad en sí misma era una mentira. Viví allí todo 1997, inflación habría poca, pero en Buenos Aires era todo un 50% más caro que Madrid.
      Toda su industria se hundió ya que eran muy poco competitivos con la paridad con el dólar y estando el dólar alto además.
      Por lo demás, todos se creían ricos con su peso=dólar y se iban de vacaciones a Miami y a Europa…y como endeudarse en dólares era fácil para el gobierno corrupto de Menem dejaron esa deuda.
      El leña al mono contra Cristina viene de «medios occidentales» que le reían las gracias al culpable, Ménem.
      Kirchner reestructuró, canjeó la deuda por 3 tipos nuevos de bonos, con distintas quitas en función de la duración del nuevo bono y el interés. Para la mayoría no era tanta quita.
      Lo que no tiene mucho sentido es que cuando las legislaciones están suavizando el % de voto necesario de los acreedores para aprobar un concurso de acreedores obligando a todos, unos bonistas que venden a fondos buitres pueden desbaratar toda una operación.
      El chiste final es ver los artículos de El País, tan críticos con el gobierno argentino. Los que fuerzan a sus acreedores a aceptar quitas y capitalizar parcialmente créditos (PRISA) osando dar lecciones a un gobierno.

  5. Arturo Goosnargh dice:

    Creo que ha quedado claro que el título debería ser ‘Argentina y los gobernantes salvajes’

  6. Fenix dice:

    Solo una matización. Un bono es un derecho de cobro «a la vista», y por ello los derechos jurídicos y la legitimidad no cambian porque el bono este en manos de una jubilada argentina que lo compró a valor nominal, o a un fondo buitre que lo compró al 10% de su valor.

    El hedge fund pago a la jubilada argentina un dinero, con el que compraba por igual el papel, y los derechos morales de la señora.
    Si pago un 10% por eso, es precisamente porque los drechos juridicos y morales no valen mucho contra el Estado argentino.

    Pero sea como fuere, la obligacion a la vista tiene una legitimidad totalmente independiente del tenedor.

  7. navarta dice:

    En España somos muy dados a ver paja en ojo ajeno y no viga en el propio, me explico, criticamos con desdén al actual gobierno argentino con adjetivos como populista, derrochador, trilero, etc. Y todo por no aceptar una resolución judicial que condenaría al país a la ruina 15 años después de la reestructuración de la deuda, tras remontar una situación económica espeluznante para convertirse en una de las economías emergentes de nuestro planeta, incluida presencia en el G-20.
    Pero es que somo también un tanto hipócritas en el terreno jurídico, aprobamos una reciente normativa que permite a las empresas españolas en situación de quiebra que puedan firmar una quita o acuerdo con acreededores (acuerdo concursal) si al menos el 75% de los acreedores están de acuerdo con esa quita, todo ello para permitir la supervivencia de empresas viables que de otra manera desaparecerían generando un mayor problema en destrucción de riqueza y empleo. Pues bien, esa medida legal es aplaudida en España, pero esos mismos que la aplauden, a renglón seguido, critican la aplicación del mismo paliativo legal y económico a la economía de un país nada insignificante en el contexto mundial como es Argentina. Cómo podemos permitir que en esta época de globalización financiera no se apliquen en los mercados internacionales de deuda recetas sencillas que si se aplican a nivel local para empresas, incluso para grandes empresas que por peso económico podrían pasar por Estados nación.

    • Roger Senserrich dice:

      Oh, no, yo no critico el gobierno argentino ahora. Lo que ha hecho era lo más racional y razonable. Es una sentencia injusta, y lo mejor que podían hacer era decirle a los acreedores que aquí os quedáis. Para algo es un estado soberano, vamos.

      Mi crítica es que Argentina parece meterse en estos callejones sin salida con alarmante frecuencia, y los políticos locales no parecen darse cuenta que es culpa suya, no de los mercados.

      • Fenix dice:

        Yo creo que han hecho todos lealmente su papel. El juez, porque ha aplicado la legislación de NY tal como era conocida por las partes cuando firmaron, los hedge funds porque son propietarios de un derecho de cobro y pretenden usar todos los medios legales para cobrar, y el Gobierno argentino porque estima (en mi opinión correctamente) que los costes de este default secundario son mucho menores que lo que tendrían que pagar para evitarlo.

        Yo hoy veo mas razones para firmar contratos en NY que ayer.

  8. Juan dice:

    Excelente articulo. De todos los que he leido sobre el tema, es el que mejor recopila los hechos y se plantea las posibles implicaciones a futuro. Esto ultimo es algo arriesgado, pero de agradecer.

  9. Feto dice:

    Me gustaría que hicieras una entrada ampliando lo que has dicho en la nota al pie. Está asentadísima esa idea de que la izquierda tiene que ser vivalavirgen con la economía, regalar pasta a espuertas, darlo todo gratis y hacer el mono. Y digo que está asentadísima entre la propia izquierda, cuidado.

    Podrías hacer una entrada explicando por qué la izquierda puede y debe ser económicamente responsable y también poner algún ejemplo de Gobiernos de izquierda que no hagan el falto con el dinero, que los hay.

    • Estilpón dice:

      Chile, EEUU con Clinton (aceptando ‘izquierda’) vs Reagan, por no hablar de los propios estados de USA…

      Laffer ha cambiado mucho las cosas…y también aquella teoría conservadora de «dejar con hambre a la fiera» (reducir impuestos para debilitarme fiscalmente al estado, y acto seguido «tener que eliminar servicios y prestaciones»).
      Sería un artículo muy interesante.

  10. Gonzalo dice:

    Creo que falta algún detalle para cerrar el círculo:_ Las consecuencias no son únicamente para Argentina, sino para la jurisdicción estadounidense en materia financiera., Este caso sienta un precedente muy preocupante para las autoridades de EEUU; en adelante, los bonistas tendrán que pensarse comprar deuda argentina, (como se ha dicho) pero……., los países prestatarios se pensarán dos veces acogerse a la legislación estadounidense, dado que siendo justa, podría acabar siendo draconiana y contraproducente para los intereses de una mayoría sensata, incluso si esta ha alcanzado acuerdo viables, en favor de una mínima minoría intransigente. No en vano Griesa ha extralimitado sus funciones (ha sentado un precedente peligroso) al congelar las cuentas argentinas para evitar que se realizase el pago del 96% que se ha avenido a acuerdos, anteponiendo la jurisdicción de su corte frente la soberanía económica de argentina. Esto preocupa y mucho a las autoridades estadounidenses, que contemplan con desagrado la posibilidad que en adelante los países busquen deuda en otras monedas distintas al dólar y bajo la jurisdicción de otras legislaciones más flexibles. ¿cómo nos sentiríamos si una deuda contraída en Alemania nos fuese embargada de nuestras cuentas españolas, sin la autorización del banco español correspondiente? …..El mérito de este artículo es que es didáctico, pero faltan detalles…. Nada es blanco ni negro……

    • Hispar dice:

      La flexibilidad siempre va en dos direcciones.

      Si en otro lugar la legislación permite que se salten acuerdos previos sin la participación de todos los implicados, no estoy seguro de que los inversores lo vayan a elegir como jurisdicción.

      Entiendo que pueda preocupar a EEUU desde el punto de vista diplomático, pero desde el punto de vista jurídico no creo que tenga mayor problema, el juez se ha limitado a aplicar la legislación vigente en la firma del contrato.

      Es Argentina la que tiene el problema de ser tan poco fiable como para tener que firmar deuda en jurisdicciones ajenas.

  11. Gonzalo dice:

    Hay un pequeño detalle: Argentina, en default; los bonistas, no cobran; los buitres, no rapiñan y Griesa, se desespera porque no tiene forma de hacer cumplir la sentencia de forma efectiva. Todos pierden. La Ley gana…sí. Uhmm. Demasiado simple. : Un sistema que permite algo así quizá no sea tan funcional como parece. Algo no encaja. ….. Si yo fuera inversor, me pensaría dos veces meterme bajo un paraguas así, por más garantista que fuera. (garantía de qué)

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