la internacionalización de un símbolo de catalunya

'Castells' para la humanidad

Los Castellers de Vilafranca ensayan, ayer, una de sus torres.

Los Castellers de Vilafranca ensayan, ayer, una de sus torres.

RAFA JULVE / BARCELONA
RAFAEL MORALES / TARRAGONA

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Loscastellsestán más cerca que nunca de tocar el cielo del reconocimiento internacional. Entre el 16 y el 19 de noviembre, el comité intergubernamental de la Unesco decidirá en Nairobi (Kenia) si esta disciplina cultural propia de Catalunya se convierte en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El organismo dependiente de la ONU mantendrá el suspense hasta el último momento, pero la comisión de entidades e instituciones catalanas que ha impulsado la iniciativa está convencida de que la candidatura avanza con buen pie y tiene muchas probabilidades de añadirse a una lista que en estos momentos cuenta con 166 miembros. Entre ellos figuran La Patum de Berga, el Misteri d'Elx, el silbo de la isla canaria de La Gomera y las redes de regadío de Levante (el Tribunal de les Aigües de Valencia y el Consejo de Hombres Buenos de Murcia).

El Gobierno español presentó el año pasado a la Unesco cuatro aspirantes a obtener el título: loscastells,el flamenco, los patios vecinales de Córdoba y el canto medieval mallorquín de La Sibil·la. Eso no significa que estas disciplinas compitan entre ellas ni con los cerca de 200 pretendientes de todo el mundo que se postulan. No hay un límite de condecoraciones por edición, por lo que cada candidato depende de sí mismo y de que cumpla una serie de requisitos. «Y loscastellslos cumplen, por lo que todo apunta a que vamos bien encaminados, que se han hecho las cosas bien y que probablemente entrarán en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad». Lo dice el responsable del departamento de Patrimonio del Centre Unesco de Catalunya, Lluís García.

«CANDIDATURA VIVA» / Además de esta organización, la comisión que impulsa el reconocimiento de las torres humanas está integrada por la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya, la revistaCastells y el Centre de Promoció de la Cultura Popular i Tradicional Catalana de la Generalitat. El director de esta última entidad, Ramon Fontdevila, recuerda que presentaron su documentación el 28 de agosto del año pasado en la sede de la Unesco en París y afirma que los acontecimientos que se dieron en los meses posteriores demuestran que cuentan con una «candidatura viva».

INTERÉS / Mientras otras manifestaciones culturales iban cayendo (ahora quedan menos de un centenar, asegura Fontdevila), la Unesco seguía preguntando por loscastells. «En noviembre del 2009, la comisión nos pidió que le aclaráramos algunos aspectos de funcionamiento y otras cuestiones técnicas», explica el director del Centre de Promoció de la Cultura Popular i Tradicional. «Y meses después, poco antes del verano pasado, volvieron a solicitar nuevas puntualizaciones y algunas traducciones propias del vocabulariocasteller.Eso demuestra que nuestra propuesta les ha interesado. Las vibraciones son muy buenas y hay claros síntomas de que la candidatura avanza con buen pie, pero no podemos dar nada por hecho», advierte.

EL MEJOR MOMENTO / De no lograr el título, loscastellsdeberían esperar cuatro años para volver a solicitarlo, pero eso ya no quitará la ilusión que sienten en estos momentos los aficionados. Consideran que están en uno de los mejores momentos de una historia que se remonta a la ciudad de Valls de finales del siglo XVIII. «En apenas 20 años habrán pasado de un ámbito local y comarcal a otro internacional», precisa Miquel Botella, presidente de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya.

Esta entidad agrupa a 56colles castelleres,cuando en 1970, incluida la de los Castellers de Barcelona, solo había seis. El fenómeno se está extendido a las Illes Balears, el sur de Francia e incluso a Chile. «Es una situación muy interesante», insiste Botella, que admite que el reconocimiento de la Unesco supondría «un salto meteórico para loscastells», como ya lo fueron la exhibición en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona-92 y el éxito que ha cosechado durante el último verano la demostración de la Colla Vella dels Xiquets de Valls en la Expo de Shanghái.

'COLLES' URBANAS / La mayoría de las grandes ciudades catalanas tienen ya sucolla, una circunstancia que desmiente el tópico que asocia loscastellsal mundo rural. Para formar unacolla, «se necesita mucha gente y todos son bien recibidos», aclara Botella, que después delboomde los años 90, época en la que se registró la aparición masiva de nuevascolles-como entidades culturales sin ánimo de lucro-, cree que ahora muchas se están «asentando y adquiriendo solera».