"El poder, todo, no soporta la libertad de prensa. Fue mi gran decepción durante los cinco años en que dirigí el 'Ara'. La desvergüenza, con presiones y amenazas, es mala salud democrática. Los políticos se toman demasiado en serio lo que publicamos, el periodismo político es cómplice y culpable de ello también. Se cae a menudo en el intercambio de favores, y muchos de los que gobiernan terminan obsesionados en lo que se dice de ellos, y dedican a eso demasiado tiempo y energías".

Opinar así, y decirlo en tribuna pública (discurso del Premio Nacional de Comunicación), hace que el oficio de periodista tenga sentido; su sentido original: el de contribuir desde la verdad a transformar el mundo. Quién dijo esto era Carles Capdevila (Els Hostalets de Balenyà, Osona, 1951), fundador y primer director del diario 'Ara', que falleció el jueves a los 51 años tras luchar largo tiempo contra un cáncer.

Capdevila estaba convencido de que los medios de comunicación han de hablar menos de política y más de las cosas que afectan a las personas. Y en ese aspecto, y por convencimiento, la educación fue el tema sobre el que más pensó y escribió, hasta el punto de llegar a ser un referente para muchos docentes: "Estoy convencido de que educar es la solución, es el tema más importante del mundo. La gente lo dice, pero no se lo cree, y hemos de creerlo.". Lástima que, siempre preocupados por lo que se dice de ellos, los políticos destinan muy pocos esfuerzos a trabajar en favor del tema más importante del mundo.

Capdevila se licenció en Filosofía y Letras y, tras un bautizo de fuego en la radio local, entró en la sección de sociedad del Avui. Allí conoció a la periodista Eva Piquer, compañera de vida y madre de sus cuatro hijos. Tras la experiencia del Diari de la Pau, un periódico editado durante la Guerra del Golfo para denunciar la escasa y mala información que los medios daban del conflicto, la pareja se fue a ampliar horizontes a Nueva York, experiencia que le proporcionó la redacción del libro 'Nova York a la catalana'.

A la vuelta entra en el quipo de Antoni Bassas, con quien forjará una gran amistad para siempre. Es la época del 'Alguna pregunta més?', un espacio de humor en el que despliega otra de sus maneras de entender la vida. Entre artículos en prensa (Avui, Periódico, 9 Nou) y otras colaboraciones, el programa se traslada a la televisión, medio en el que también trabajará en 'Malalts de tele' y dirigirá 'Qui els va parir'. Posteriormente lleva a Catalunya Ràdio su pasión por la educación, con 'Eduqueu les criatures', espacio que le lleva a realizar numerosas conferencias por toda Cataluña hasta convertirse en un referente para muchos docentes.

Y en el 2010 llegó el 'Ara', un periódico con el que el equipo impulsor se enfrentaba al reto de crear un nuevo relato para los tiempos del fin del viejo autonomismo que se acercaban; pero también en tiempos de crisis, quién sabe si final, de los periódicos. Capdevila fue el elegido para dirigir el proyecto, hasta que en 2015 un tumor le obligó a apartarse del cargo: "Todos los directores tenemos un final brusco. Si no se te carga un cáncer se te carga el dueño, un gobierno, un banco o la combinación de alguna de estas cosas".

Los dos años posteriores los dedica, con toda la intensidad que la enfermedad le permite, a pensar y escribir sobre educación. Con el monólogo 'Educar amb humor' llega teatros en toda España, y recibe premios como el Marta Mata de educación, el Ciutat de Barcelona o el ya citado Nacional de Comunicación.

Recuperado de una recaída, este último Sant Jordi publica 'La vida que aprenc', y se convierte en el libro de no ficción más vendido. El pasado 23 de mayo todavía tuvo fuerzas para llenar el teatro Atlántida, de Vic, con su monólogo 'Viure amb humor'; una de las claves intelectuales de este apasionado de la vida y el conocimiento.