La pobreza energética es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la sociedad española. Un 11 % de la población nacional, el equivalente a casi cinco millones de personas, son incapaces de pagar las facturas energéticas para satisfacer sus necesidades domésticas, un valor que aumenta hasta el 23 % si se pone el foco en el territorio valenciano.

En este paradigma de lucha contra la pobreza de recursos, la empresa valenciana AeioLuz en colaboración con la Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de València ha desarrollado una iniciativa para mejorar las prácticas de consumo energético entre los ciudadanos y concienciar a los valencianos de que hay una solución para paliar este problema más allá del pago de las facturas. En esta línea se expresó la concejala de servicios sociales, Consol Castillo, para quien este programa significa una oportunidad para «mitigar las consecuencias de la crisis», apostando por «invertir la tendencia del pago de facturas y crear una conciencia social sobre el consumo».

Para conseguirlo, esta iniciativa se repartió entre los once centros de servicios sociales de la ciudad durante dos semanas y tuvo como objetivos, según explicó Aarón -uno de los técnicos formadores de AeioLuz presentes en este proyecto-, por un lado «enseñar a las personas a economizar sus recursos e identificar puntos para ahorrar en sus facturas» y, por otro, formar a los técnicos de los servicios sociales «para que puedan aconsejar a las personas que más lo necesiten cuando no estemos nosotros».

Jacqueline Monterde, directora del Centro Municipal de Servicios Sociales de Patraix, destaca la labor que está realizando este proyecto a la hora de «informar a la ciudadanía para ahorrar en facturas» especialmente entre aquella población «más vulnerable». Como explica la dirigente social, la iniciativa en cada centro consiste en «una formación a través de minitalleres», donde primero «se forma a los técnicos durante unas tres horas y media explicando cómo ahorrar a través de sus propias facturas».

El siguiente paso es que los ciudadanos que lo deseen vayan a una reunión conjunta en la que se les informa de cómo afrontar el problema ahorrando en sus facturas y, en los casos que se necesite por su especial riesgo, apostar por tutorías personalizadas. Como destaca Aarón, «se trata de que se den cuenta por ellos mismos de cómo economizar en sus facturas» para que sepan también «cómo actuar ante cualquier inconveniente que les surja».

Una buena acogida

El impacto de estas sesiones por los diferentes centros de la ciudad ha sido para la concejal Castillo «un éxito». «Se han atendido a 131 personas -cada una de ellas con una unidad familiar detrás- que de media van a ahorrar unos 210 euros al año. En total se podría producir un ahorro de 27.000 euros que ahora mismo esta pagando el ayuntamiento», recalca la titular de Servicios Sociales. Del mismo modo, también expresa que con una correcta concienciación el importe dedicado a pagar la pobreza energética «será menor o se podrá ayudar a más personas con ese dinero».

El éxito de este programa hace que el ayuntamiento ya se plantee su reedición en 2018.