Salvamento

La vigilancia en las playas, a examen

  • José Manuel Calvo, coordinador provincial de Protección Civil, cree que los medios humanos son notables pero motores y embarcaciones "hacen agua".

El salvamento en playas no es está específicamente regulada por una norma general, sino que cada ayuntamiento se encarga de gestionarlo según su propio criterio. José Manuel Calvo, presidente de la Asociación de Técnicos de Protección Civil de Andalucía y responsable provincial, habló esta semana con este diario para explicar algunas de las cuestiones que rodean a una materia que preocupa a las miles de personas que cada verano llenan nuestras playas.

"De las distintas disciplinas que concurren alrededor de la explotación de playas, el salvamento se antoja prácticamente a capricho de cada municipio. Los servicios de limpieza, mantenimientos, policía, hostelería, deportes en arenas y náuticos y todos los profesionales que participan, disponen de convenios laborales, normalizaciones, certificaciones de calidad y otras muchas regulaciones. El salvamento en playas no", lamentaba Calvo.

Explicaba igualmente que el número de torres de vigilancia, socorristas y otros recursos, se calcula y efectúa o no en base a poder obtener las banderas azules, "siendo tal organización una entidad sin ánimo de lucro, lo que conlleva a que por un lado impongan una norma, al tiempo que están carentes de responsabilidad si no aciertan con ello".

Tradicionalmente, el salvamento en playas lo han venido desarrollando en muchas playas personal voluntario, muchos de ellos con altos niveles de profesionalidad. "Otros no tanto o más bien poco. Frecuentemente, a los voluntarios se les han estado concediendo dietas económicas para cubrir sus gastos, lo que ha llevado en casos a la perversión, ya que han percibido a final de mes cantidades superiores al establecido sueldo mínimo interprofesional y sin pasar por esa Hacienda que se supone somos todos", contaba José Manuel Calvo.

En Cádiz, hace tres décadas que se profesionalizó el Servicio de Salvamento con personal laboral municipal, que se contrataba por varios meses. "Aquello no funcionó debido al elevado absentismo laboral que existía (muchos días hasta el 50%). Por ello se optó por su privatización y se volvió a convenir con federaciones deportivas y con Cruz Roja, hasta la necesaria llegada de los concursos públicos". "Varias de las empresas que han pasado por aquí, lo han hecho con más pena que gloria, con auténticos caos organizativos y que en muchos casos los funcionarios nos hemos tenido que emplear a fondo en labores inspectoras y correctoras".

"Actualmente, el número de embarcaciones, sus tripulaciones, las torres de vigía... es de notable alto. No así la forma en la que se persiguen los objetivos",. criticaba, mientras advertía que el trabajo de salvamento en playas "es más duro de lo que parece", siempre que se lleve a cabo con criterios de profesionalidad. "Es preciso estar muchas horas en estado de alerta y vigilancia y el calor provoca que se baje la guardia con facilidad, aderezado más si cabe con una penosa relación laboral y unos sueldos muy tristes para las responsabilidades que se deben asumir".

"El socorrista tiene que estar muy atento a las posibles demandas de auxilio y para ello, trabajar en grupos de tres (patrón, marinero - rescatador y socorrista de vigía) facilita que por turnos, puedan ir descansando y relajándose convenientemente. De lo contrario, tras varias horas, el óptimo rendimiento se puede ver mermado. Y estamos tratando con la vida humana. Para ello, es necesario que cada uno tenga su transmisor propio y así poder alertar al que esté en turno de descanso".

Los pertrechos que debe tener toda embarcación de salvamento, tienen que estar en notables condiciones de estanqueidad para su conservación "y frecuentemente no lo están", contaba Calvo. "Es una responsabilidad compartida de la empresa y la tripulación y ambos dejan que desear. Lo mismo ocurre con el rendimiento de motores y embarcaciones, que también hacen agua".

"Disponer de una conveniente red de telecomunicaciones es fundamental y algún año ha sido una lucha sin cuartel, especialmente cuando una mercantil se empeñó en proporcionar teléfonos móviles en ver de radiotransmisores. Torpeza aguda", manifiesta.

Otro campo de batalla lo constituyen los profesionales médicos y de enfermería. "No solo basta tener el título y estar colegiado. Las emergencias médicas precisan de agudeza y experiencia profesional, de formación especializada, de respuestas inmediatas y certeras. Porque si no, una persona en parada cardio-respiratoria se muere seguro", asegura.

José Manuel Calvo recuerda que conseguir que en las playas hubieran UVIs móviles, "fue una lucha titánica. Ahora ya nadie lo cuestiona, pero si los profesionales no saben realizar una reanimación avanzada con instrumentos de intubación y fármacos oportunos, la inversión conseguida sirve para poco. Por los botiquines de playas hemos visto pasar a profesionales que a mí no me pondrían ni una tirita".

En las gestiones de llamadas de emergencias, también hay que repasar las lecciones aprendidas. Son muchas las veces que ciudadanos llaman al 112 o al 061 y es una UVI móvil del Sistema Público de Salud la que acude a la playa, "sin tener en cuenta que allí mismo ya hay otra dotación de guardia".

Las banderas de playas, roja para prohibir el baño, amarilla para advertir de algún peligro y verde como señal de baño libre, se cambian en una consideración subjetiva que a menudo recae en el socorrista, "que suele acertar, pero que no existen criterios establecidos ni protocolos de actuación que deben en común para cada mar, océano, archipiélagos... En las resacas que hemos padecido, se denota la carencia de una coordinación supramunicipal. Existiendo boyas de medición de Puertos del Estado, esa información no llega automáticamente a los servicios de emergencias. Y cuando en una playa se detectan corrientes tan peligrosas como mortales, a veces ya hay gente en apuros, cuando podría existir un procedimiento de detección precoz".

En única conclusión final, el responsable de Protección Civil en la provincia de Cádiz considera que "es necesario revisar todo lo relativo a la gestión de las emergencias y salvamento en playas".

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