FÚTBOL | SEGUNDA DIVISIÓN

Con la ilusión por bandera

  • El Mirandés se estrena en la categoría de plata con la esperanza de convertirse en el equipo revelación

Borja de Blas

El 27 de mayo se hacía realidad el sueño de una ciudad, Miranda de Ebro, que, meses antes, ya había tocado el cielo con la yema de los dedos. Unas semifinales de Copa del Rey, en un majestuoso escenario como San Mamés, y un ascenso de categoría. Dos formas bien diferentes de alcanzar la gloria. El torneo del ‘KO’ sirvió para que muchos aficionados hicieran suyas las hazañas del entusiasta grupo de Carlos Pouso. Con el billete para Segunda División en el bolsillo, el Mirandés afronta el mayor desafío en sus 85 años de historia.

El club ‘rojillo’ se pone, por tercera temporada consecutiva, en las manos de Carlos Pouso, un técnico carismático que, a pulso, se ha ganado el cariño y el respeto de la hinchada. En su primera campaña, el Dépor Guadalajara, de forma dramática, arrebataba el ascenso a los burgaleses. Ahora, sin esa espada de Damocles que le ha perseguido durante todo el curso, el entrenador vasco tiene ante sí el reto de convencer a sus jugadores de un aspecto fundamental: el estilo, pese a jugar en Segunda, no debe variar.

Si algo ha caracterizado al Mirandés ha sido la apuesta por un fútbol atractivo, de toque y asociación. Pouso pretende que su equipo sea siempre protagonista. Los ‘rojillos’ se han quitado de encima la esquirla que acompaña a los equipos del norte. La cantinela de conjunto rocoso, que desprecia el esférico y lo fía todo al potencial aéreo de sus jugadores de punta no va con el entrenador vasco. Hombres como Pablo Infante, Alan Arroyo, Haritz Mújika o Antxon Muneta han crecido al abrigo de la pelota.

Junto a ellos, el plantel cuenta con cinco incorporaciones. Casi todos ellos, con un denominador común: la ambición de recuperar un nombre en el fútbol. Dejando de lado los casos de Crespo y Goiria, el meta Iñaki Goitia jamás ha sido protagonista en Primera con el Betis, equipo en el que Casto le ha arrebatado la titularidad. Koikili Lertxundi llega a Miranda de Ebro tras un año inédito en el Athletic de Bielsa. Díaz de Cerio continúa inmerso en una encomiable pugna por encontrarse a sí mismo. “Vengo a un club en el que se respira un ambiente positivo, todos tienen ilusión y yo me veo reflejado, creo que puedo ayudar”, afirmaba el ex del Numancia el día de su presentación. Y es que ilusión es la palabra más repetida en el entorno de un Mirandés que, con la permanencia en la cabeza, no descarta dar más de una sorpresa en su debut en Segunda División.