Revista viernes 23 de febrero

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CortesĂ­a: Irene Carlos


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Guatemala, viernes 23 de febrero de 2018

Editorial

Francisco Antonio d

Recordaci

A propósito del reciente deceso de otro de los fundadores del emblemático Grupo Vértebra, Elmar René Rojas, se puede establecer un escenario pictórico en Guatemala de por lo menos medio siglo, que incluye a una veintena de creadores plásticos, cuya influyente obra no solo se incorpora al bagaje patrimonial del país, sino forma parte de notables inventarios museísticos y de colecciones privadas, tanto en la región como en Europa y Estados Unidos. En estas páginas, el escritor Lionel Méndez D’Ávila esboza un análisis estilístico de la obra de Rojas, poniendo énfasis en el rigor y la pertinencia de su propuesta, ecuación que conjuga los demonios interiores de un artista siempre atento a su entorno, en guardia frente a los espejismos de la fama. En ese escenario que incluye tanto a Vértebra como a muchos otros artistas independientes cuyo impulso vital es crear una obra perdurable, se perciben diferencias y matices que aunque delimitan y caracterizan multiplicidad de talantes éticos y recursos estéticos, conforman una atmósfera común, en el soberano ejercicio de una voz propia. Al echar un vistazo retrospectivo, se ve que cada uno de los artistas del último medio siglo pasado forma parte de un entramado que estructura un cuerpo diáfano y oscuro hecho de sangre, sudor y sueños.

ilitar, cronista, ensayista y poeta, el autor nació en 1643 en la ciudad de Santiago, hoy Antigua Guatemala. De padres criollos, muy joven fue nombrado Cronista de la Ciudad por el rey Carlos II de España. Regidor perpetuo del Muy Noble y Muy Leal Ayuntamiento de Santiago de Guatemala, ocupó el cargo de alcalde mayor de los Partidos de Totonicapán y Sonsonate. En la milicia obtuvo el grado de capitán. De su obra poética únicamente se conserva la Descripción de las fiestas hechas en Goathemala al cumplir Carlos III la edad de 13 años, pues se extraviaron los manuscritos de El milagro de América (descripción en verso de la Catedral de Guatemala) y La vida de santa Teresa de Jesús. En prosa escribió, además, la Cinosura política o ceremonial de Guatemala y Norte político. El discurso literario de esta obra se muestra vehementemente barroco, producto de la época que le tocó vivir, cuando en las Indias Occidentales se estaba en plena adopción de dicho estilo, lo cual produjo, en otros lares, obras como las de Francisco Quevedo y Villegas y sor Juana Inés de la Cruz. En Fuentes y Guzmán, el barroco resulta más bien como esfuerzo de ingenio o una influencia cultural. No obstante, la prosa en esta obra se hace más acabada y organizada que las de cronistas anteriores. Asimismo, viene a ser más densa y rica en informaciones que las que se escribieron en la época colonial. Muy valiosa resulta la referencia a documentos indígenas y la cita de partes de ellos, varios de los cuales han desaparecido.

Archivo

DIRECTORIO Director General: Pavel Arellano Arellano

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Subdirector General Técnico: Rodrigo Carrillo Edición: Otoniel Martínez Diseño Gráfico: Héctor Estrada Digitalización: Boris Molina

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de Fuentes y Guzmán

ción Florida

Semblanza

Vasco Núñez de Balboa Explorador, gobernante y conquistador español, nació en Jerez de los Caballeros en 1475, descendiendo de los señores del castillo de Balboa, Villafranca, en la actual León. En 1509, escapando de sus acreedores en Santo Domingo, se embarcó como polizón (dentro de un barril) en la expedición comandada por el alcalde mayor de Nueva Andalucía Martín Fernández de Enciso, que salió a socorrer al gobernador Alonso de Ojeda. Pronto se reveló como un magnífico administrador, dotado además de buenas prendas militares. Llegado al Nuevo Mundo se las arregló para sustituir rápidamente a Enciso como jefe de la naciente colonia de Santa María de la Antigua del Darién. Habiendo oído hablar a los indígenas de una gran extensión de agua situada más allá de las montañas, cuyas riberas eran ricas en perlas y oro, en 1513 atravesó las montañas de istmo de Panamá, desde donde vio por primera vez el océano Pacífico, del que tomó posesión en nombre del rey de España. Fue sustituido como gobernador de Castilla de Oro por Pedrarias Dávila, que le envió a

lería

descubrir los fantásticos tesoros de Dobayba.

Músico barroco

El 23 de febrero de 1685, nació Georg Friedrich Händel, compositor alemán posteriormente nacionalizado inglés, considerado una de las figuras cumbre de la música del Barroco y uno de los más influyentes compositores de la música occidental y universal.

Reciente el fracaso de esta expedición, fue nombrado en 1515 adelantado de la mar del Sur, bajo la autoridad de Pedrarias. Planeó una exploración del litoral del Pacífico hacia el Sur con intención de llegar al Perú, del que había oído hablar en 1513. Requerido por Pedrarias, fue acusado de crímenes imaginarios y, con la colaboración de Francisco Pizarro, fue condenado y decapitado en Acla el 15 de enero de 1519. Vasco Núñez de Balboa fue el primer europeo en divisar el océano Pacífico desde su costa oriental y el primer europeo en fundar una ciudad permanente en tierras continentales americanas.

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Abecedario

Guatemala, viernes 23 de febrero de 2018 Fotos: cortesía Camilo Estrada Isaza

El Tapón del Darién (1) En Yaviza, Panamá, la ruta Panamericana se interrumpe después de un recorrido de 12.500 kilómetros desde Alaska.

”Es un infierno”, me habían advertido. Y nunca antes la descripción de un lugar había sido tan profética. No te queda duda: el Tapón del Darién siempre se queda con algo. Alejandro Millán Valencia* Llevamos 12 horas caminando a través de la maraña de este muro vegetal de 575 mil hectáreas que Panamá y Colombia comparten y me doy cuenta, cuando estoy a punto de desfallecer por el cansancio, el calor y la humedad, que si no me levanto y sigo adelante, se va a quedar conmigo. No sería la primera vez que sucede: en el siglo XVI se tragó con sus ramas espinosas a los conquistadores españoles y más tarde a exploradores escoceses. Ahora los que se quedan en el camino son los migrantes que intentan cruzarlo para buscar una vida mejor en el norte. Pero no se sabe cuántos han muerto exactamente. Ni cuántos cárteles los usan para traficar drogas desde Sudamérica hacia México. Tampoco cuántas personas viven en él. Es una jungla inexpugnable, compacta e infranqueable, uno de los territorios menos

accesibles de América Latina. El periodista estadounidense Jason Motlagh, que trató de atravesarlo en 2016, lo describió como el pedazo de selva más peligroso del planeta. Pasamos 4 días recorriéndolo y hablando con los que, por distintos motivos, desafían a la naturaleza en el único punto del continente donde la carretera Panamericana deja de existir.

Camarón

La travesía comienza en la localidad de Yaviza, 300 kilómetros al sur de la capital panameña, donde el asfalto de la ruta Panamericana se desvanece de repente, después de un recorrido de 12 mil 500 kilómetros desde Prudhoe, en Alaska. Y allí donde termina, solo quedan el agua y las canoas. —Le caben 50 quintales, nos dice Camarón. Aunque es bajito y pesado, Camarón se mueve con habilidad por los estrechos bordes de su piragua para ubicar un enorme sillón de cuero sobre unos bultos de ñame y plátano que debe llevar al poblado vecino de El Real. Él no sabe con exactitud cuántas libras son 50 quintales. La razón es que aquí, en el puerto de Yaviza, las cosas no se pesan. Se cuentan. “Después de 50 bultos, las piraguas comienzan a hundirse”, explica como si tuviéramos que saberlo y dibuja con la mano un barco yéndose a pique. Donde se acaba el asfalto y se asoma el río Tuira, comienza el Tapón del Darién, esta extensión de tierra que ocupa el 13 por ciento

del territorio de Panamá y que contiene la mayor colección de especies de pájaros del mundo. Una selva que, al otro lado de la frontera y durante los últimos 20 años, ha sido campo de batallas, masacres, torturas y secuestros de civiles por parte de frentes guerrilleros y comandos paramilitares de Colombia. Pero que es sobre todo un infierno de humedad y calor donde no se puede ver el cielo. No se ve por dónde sale el sol ni dónde se esconde, es imposible distinguir el norte del sur sin brújula, sin GPS. Si no hay alguien que lo indique, se pueden pasar días caminando en círculos como un perro que persigue su propia cola. Cuando Camarón regrese de llevar el sillón de cuero, nos vamos a montar en su piragua e internarnos en este gigante.

Agua

Para sentir el corazón del Darién hay que acariciar el agua. El agua abunda por aquí. Es una de las regiones más lluviosas del planeta y desde que salimos de Yaviza ha dado prueba de ello: no ha parado de llover. Pero la generosidad de las precipitaciones y los afluentes del río no dan garantía de movilidad. Pese al motor Suzuki de 40 caballos de fuerza de la piragua de Camarón, para trasladarse 30 kilómetros necesitamos 6 horas. Ese conflicto entre la naturaleza y el progreso lleva más de 50 años, durante los cuales los bandos no se han puesto de acuerdo sobre si la selva debe ser atravesada o no con los 108


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kilómetros de autopista que faltan entre Yaviza y el puerto colombiano de Turbo, donde la carretera intercontinental reanuda su paso. La idea de la ruta Panamericana se gestó en 1929, durante una cumbre de gobernantes, pero no fue sino hasta 1937 cuando 13 naciones, impulsadas por Estados Unidos, acordaron construir la carretera, basándose en un principio que en teoría facilitaría las cosas: cada país se encargaría de su tramo. Durante 25 años las cosas fueron más o menos bien. El principal inconveniente surgió a principios de los 60, cuando Panamá y Colombia se enfrascaron en discutir cómo sortear la selva: algunos proponían una línea recta que la atravesara, otros señalaban que lo mejor era un pequeño desvío por el norte y trazar una ruta más cercana al Caribe. Las discusiones se diluyeron en trámites burocráticos y peleas de presupuesto y el trayecto nunca se construyó.

Uno de los temas que más preocupa ante el aislamiento es la atención de salud en los menores de edad.

otras 6 horas, el agua que salpica desde el cauce del río, el cielo que escupe lluvia espesa.

Proteger el Darién

Gallos

Seis horas sobre el Tuira nos dejan en Boca de Cupe. Allí nos recibe un par de gallos en la entrada del puerto y, mientras nos internamos por las pequeñas calles de este poblado de 800 habitantes, estas aves se multiplican en los patios, la escuela, en el batallón del Servicio Nacional de Fronteras, el Senafront, una especie de comando militar que vigila los límites de Panamá. La casa de René Alvarado Ballesteros está custodiada por tres pollos que picotean la tierra. Alvarado sale al corredor del frente vestido de pantaloneta y una camiseta esqueleto y se presenta como agricultor, aunque la mayoría de los vecinos lo señala como uno de los representantes legitimados de la comunidad. Él es uno de los que quiere que la carretera se prolongue, porque a pesar de la cantidad de quebradas y canales que tiene el Darién ninguno da garantías a la hora de transportarse. “Aquí los ríos, que son la única opción para movernos, se secan definitivamente durante la temporada de verano (diciembre-abril). Ahora en invierno el viaje hasta Yaviza se puede hacer en 6 horas. En verano demora 2 días”, dice. En su parcela produce ñame, un tubérculo parecido a la yuca, además de plátano y arroz. Durante esos meses difíciles el plátano se le madura antes de que llegue a venderlo. “Y el ñame, en su mayoría, se pudre. Una buena carretera podría ser una opción para cambiar de vida. Una carretera para que la gente pueda mover sus productos. Abrir el Darién sería bueno, sin duda”, insiste. El último empeño de un Gobierno para completar este tramo de la ruta

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El punto donde se une Panamá con Colombia.

llegó en febrero de 2010, cuando el entonces presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, lanzó un mensaje usando como argumento la seguridad. “Comprendo que es un tema muy delicado, pero creo que hay que conectar a Colombia y a Panamá. A los bandidos les conviene que esa ruta no se haga, porque a ellos les gustan los caminos traviesos”, dijo durante una cumbre empresarial en febrero de ese año. De acuerdo con la Interpol, el negocio del tráfico de migrantes por esta zona —que en 2016 alcanzó la cifra de 27 mil personas sin paso autorizado, según el Senafront— llegó a facturar unos US $3 millones mensuales. Y hasta el mes de julio, las autoridades panameñas habían incautado unas 5 toneladas de cocaína, mayormente transportadas en mochilas por la selva. Durante la noche, las cosas pasan más despacio. La gente se refugia en sus casas, Boca de Cupe se vacía a cuotas y solo permanecen algunos jóvenes, todos ensimismados alrededor de la pantalla de un celular que a su vez ilumina con colores sus rostros. Están al pie de la cerca de la escuela del pueblo. Pregunto por qué están allí. “Es por el Internet. El único que funciona es el del colegio”, responde uno antes de quedar hipnotizado de nuevo por el resplandor de la proyección. Con el primer canto del gallo comienza otro tramo del recorrido. Otra vez la canoa,

El Chevrolet Corvair que fue abandonado, luego de que tuvo problemas técnicos en la selva.

Desde Boca de Cupe hacia Paya, la comunidad indígena donde —lo sabremos después— empieza la parte más dura del recorrido, los árboles se vuelven más altos, de un verde tan verde que parece negro. Aunque ha llovido sin pausa desde hace días, el cauce del Tuira se adelgazó tanto que debemos bajarnos varias veces de la piragua de Camarón para empujarla sobre el lecho de piedras. No se entiende: llueve, pero no hay agua en el río. Atrás, callado, va Isaac Pizarro, guía del parque. Es pequeño, compacto, con una sonrisa permanente que subraya sus ojos pequeños. Es una de las personas que más conoce el Darién, pero sobre todo es un hombre que sabe de pájaros. Tanto que, a diferencia de los avistadores aficionados que tienen que relacionar el canto con la apariencia de cada especie para reconocerlas en sus tarjetas de taxonomía, Pizarro los distingue a lo lejos, solo por la forma en que vuelan. “Lo que pasa es que no está lloviendo en la cabecera, por eso el agua no alcanza”, explica el lugareño. Su diagnóstico revela una anomalía que, para los ambientalistas y las comunidades indígenas de la región, anticipa lo que podría ocurrir si le atraviesan una autopista a una zona tan rica en biodiversidad. Es, para ellos, como abrirle de par en par la puerta al de por sí amenazante calentamiento global. Por eso el empeño de muchos en proteger el Darién. El primer paso se dio en 1972, cuando Panamá creó la zona especial forestal del Alto Darién y de esa manera garantizó el control en la que se volvió la reserva natural más grande de Centroamérica. Después, cuando aquel

El ñame, un producto parecido a la yuca, es uno de los principales cultivos del Darién.

En muchas zonas del Darién, sus habitantes tienen que empujar sus embarcaciones por los bajos niveles del río o porque hay mucha sedimentación.


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iernes esfuerzo resultó fútil para evitar la invasión de las empresas forestales ilegales, la Unesco lo declaró en 1981 Patrimonio Ambiental de la Humanidad, e incluyó la zona que se encuentra dentro del territorio colombiano. “Cualquier intento de cruzar una carretera sería una amenaza directa. Por eso nos hemos negado a los planes de la Panamericana”, me explicó antes de entrar a la selva Julia Miranda Londoño, directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Los lugareños que nos acompañan no tienen cifras, pero comparten una visión similar sobre esta jungla primitiva. Nos refutan dos conclusiones engañosas que, con ojos inexpertos, hemos sacado al iniciar el viaje: una, que el Darién es inagotable, y dos, que tras décadas de resistir el empeño de construir la carretera este lugar del mundo está inalterado. Su selva es esencialmente frágil, nos dicen. Pero este discurso ambientalista no ha tenido suficiente eco y los árboles siguen siendo explotados a ambos lados de la frontera. Solo para dar un ejemplo, de acuerdo con el Gobierno de Panamá, el 96 por ciento de la madera ilegal que se comercializa en el país viene del Darién.

Lorencita

Por eso cuando caminamos por Paya, un poblado indígena kuna de casitas alineadas de techo de paja y paredes de madera, grama bien cortada y sin un solo rastro de basura por sus andenes de cemento, el argumento que se escucha para mantener la selva inalterada no versa tanto sobre la conservación ambiental, sino sobre la sobrevivencia. “No estoy de acuerdo con que abran el Tapón del Darién. Vamos a perder toda nuestra comida”. Entre todos los que nos hablan, llama la atención Lorencita Bastidas. Mejor dicho, llaman la atención los colores de Lorencita Bastidas. Camina erguida con su blusa azul de pechera de mola, el trabajo textil de varias capas superpuestas y motivos de plantas y animales en que se ocupan los indígenas de la zona. Va con su oro colgado de la nariz y las chaquiras —un tejido hecho de piedritas de colores— envolviéndole sus piernas hasta las rodillas, justo allí donde se aferra una de sus nietas. “Quiero que cuando la gente me vea, se dé cuenta de que soy una mujer kuna”, reclama orgullosa. Dice que no habla bien español, cierra bien los puños y los pone frente al pecho, más una muestra de firmeza que de amenaza. “Si dejamos entrar a toda la gente, van a desaparecer todos mis animales, se van a ir lejos”, afirma y sacude la cabeza. Lorencita, como todos en Paya, siente el rigor de la distancia y la dificultad del transporte. Ella misma nos cuenta la historia de la profesora de primaria de la escuela, que tiene un niño de 2 años y que hace más de un mes no habla con su esposo que vive en Ciudad de Panamá, porque en Paya la energía eléctrica es limitada, no hay teléfono y el único acceso a Internet depende de la generosidad del comandante de la base del Senafront. “Para comunicarse tiene que escribir mensajes en papel que envía a Boca de Cupe en las canoas. Y esperar que alguien suba de allá para recibir la respuesta también en un papelito”. Aun así, Lorencita prefiere el aislamiento. “El agua viene limpia, y con la sombra de los árboles, siempre está fría. Si abren el camino, el agua va a ser sucia y todo va a estar contamina-

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Una noche con energía eléctrica en Juin Phubuur, es una noche de fiesta.

rro para asistirnos en la que, nos dicen varias veces, es la porción más brava del recorrido. El paisaje abruma: los árboles centenarios parecen rascacielos y quedamos bajo una pelambre de hojas y tallos que apenas dejan pasar los rayos del sol, aunque no sirven de mucho para detener la intensidad del calor. La selva hierve en el rostro. Aquí cobra sentido eso que nos han dicho, que uno no cruza el Darién sino que se da de bruces contra él. Se estampa contra sus decenas de plantas tapizadas de espinas que nos rayan brazos y manos, contra los cadáveres infranqueables de los árboles que caen y quedan acostados en el suelo por lo que la naturaleza tarde en deglutírselos y que nos obligan a cambiar de rumbo cada dos pasos.

Señales El Servicio Nacional de Fronteras, Senafront, es el encargado de controlar el tráfico de drogas, y de regular la migración por esta región de Panamá.

do”. Después del almuerzo, el guía Pizarro nos recomienda descansar. Al día siguiente hay que madrugar para aprovechar las horas de luz. El recorrido va a ser muy largo. Con Algis Barrios, uno de los guardaparques del Darién que está aquí en Paya, anticipamos los rigores del viaje. Le confieso que el principal temor que traía era que durante la travesía me mordiera una serpiente. Tengo mis razones: el médico de la comunidad ha visto morir a varios de sus pacientes en el piso de una canoa cuando eran trasladados a Yaviza porque no les daba el tiempo para llegar a ser atendidos. “Entonces hay que rezar para que no llueva”, me dice, “porque las culebras se ofuscan con la lluvia”. Apenas nos internamos en el matorral, después de pasar dos quebradas y un par de platanales, comprendemos por qué es tan fácil extraviarse en este terreno: no hay una forma de adivinar el camino. Hay pocos indicios, escasos puntos que sirvan de referencia. Por eso, hacemos caso a cualquier indicación de los hombres que han venido junto a Piza-

Acosados por los latigazos de las ramas que se sacuden con el paso de cada uno y se vuelven una trampa para quien viene atrás, nos topamos cada tanto con los vestigios de los migrantes: sudaderas Adidas colgadas de los árboles, botellas de bebidas energizantes rellenas por el lodo, bolsas de suero para la hidratación, un brasier violeta, unos zapatos deportivos, una chaqueta de bebé. Pizarro nos pide que no toquemos nada, que dejemos todo tal cual está. “Los que pasaron los dejaron ahí para que les sirvan de pistas, para no perder el camino a los que vienen luego”, explica. “¿Y dónde están ellos?”, pregunto. “No se van a dejar ver. No saben si somos el Senafront, si somos mochileros que llevan droga... Nos escuchan y se ocultan, no se van a arriesgar”, responde. Cerca de allí nos señala el lugar donde fue enterrado uno de los migrantes que no resistió la severidad de la marcha. No hay placa ni cruz, solo una leve hendidura rectangular en la tierra. Pizarro dice que era un africano y que su cuerpo fue sepultado cuando varios migrantes interceptaron a unos indígenas que pasaban por allí para pedirles no solo agua y orientación sino también que los ayudaran a excavar para darle un final digno a su compañero. *BBC


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Gavetas

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Hemeroteca del Diario de Centro América

Manuel Montúfar y Coronado

DCA, 11 de febrero de 1935.Con atenta dedicatoria recibimos un elegante volumen editado en la Tipografía Sánchez & De Guise que se intitula Memorias para la Historia de la Revolución de Centro América conocida comúnmente como Memorias de Jalapa. El tiraje de la obra de Montúfar y Coronado que ahora se ha reeditado, se encontraba agotado. El esfuerzo editorial realizado, beneficia a los lectores y enriquece la bibliografía nacional. El pulcro literato don José Arzú, en el prólogo de la obra en mención, dice lo siguiente: “La presente edición es la segunda publicada en Guatemala. La primera fue impresa por Blanco y Aburto en Xalapa, México, en 1832, de donde le viene el popular subtítulo que debería ser escrito como Memorias de Xalapa; la segunda, por entregas, se hizo en Guatemala en 1853, en la imprenta La Paz, y la tercera, en San Salvador, publicada en la Biblioteca Centroamericana, tipografía La Unión, de noviembre de 1905 a abril de 1906. Esta es, entonces, la cuarta edición y está copiada fielmente de la primera, ya que en la segunda se suprimió la noticia sobre Centro América con que empieza la edición príncipe. La única diferencia entre la presente edición y la que sirvió de modelo, es el cambio de ortografía, que se ha modernizado”.


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Reporte en V

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Proteger, ante exponer, el pat nacional

Recientemente, en una bien coordinada campaña publicitaria en los Estados Unidos que incluyó artículos en el New York Times, Washington Post, Estación Pública de Radio, entre otros medios principales, la Sociedad National Geographic anunció su nueva producción en video sobre los últimos rastreos con tecnología LIDAR, en zonas arqueológicas del Petén. Dumbarton Oaks: Vasija policroma, procedencia desconocida, Museo Dumbarton Oaks, Washington DC.

Efraín Figueroa Lemus*

Contenedor policromo. Procedencia: Guatemala, Belice o México, Museo de Arte del Condado de Los Ángeles.

l énfasis de tal promoción, como corresponde a la National Geographic —una revista que se especializa en promover la exploración y descubrimiento alrededor del globo— fue anunciar la magnitud y extensión de lo revelado por el LIDAR (Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging) bajo la selva del norte petenero. Aunque fue creada en la década de los 70, la tecnología pudo encontrar aplicación a grandes extensiones de superficie solo con los últimos adelantos en posición (GPS) tanto del objeto como la fuente de luz láser, y el desarrollo de fotodetectores muy sensitivos (particularmente en el infrarrojo). Desde un principio, al anunciarse dichos resultados, reconocimos que, si bien tiene gran atractivo para el descubrimiento, la investigación y la divulgación del patrimonio cultural, esta tecnología contribuye poco o nada a la protección y conservación de la herencia cultural del país, un asunto mucho más urgente que su revelación. Como los mismos arqueólogos de la National Geographic lo han expresado por décadas, el mayor reto para la arqueología en Guatemala y países adyacentes, es el saqueo y destrucción del patrimonio. Sabemos desde hace décadas que el subsuelo guatemalteco está repleto de vestigios de los antepasados.

Más bien, ha sido la falta de previsión durante proyectos civiles de excavación lo que ha causado pérdidas irreversibles al patrimonio, principalmente de origen maya (para muestra, recordemos Kaminal Juyú en la capital.) En manos equivocadas, los mapas tridimensionales LIDAR que revelan la posición de estructuras mayas en el Petén y otras partes, solo acelerarán su depredación. Y aún cuando tales mapas sean mantenidos en total secreto (muy improbable), es un hecho aceptado por los mismo arqueólogos que, en marchándose ellos al final de la temporada de excavación, algunos trabajadores regresarán para extraer por su cuenta artefactos y venderlos en el mercado negro, tanto a compradores extranjeros como a coleccionistas nacionales. En ambos casos se pierden los artefactos mismos, al igual que el contexto arqueológico dentro del cual fueron encontrados. El riesgo


Viernes

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es que trimonio l.

Fotos: cortesía Efraín Figueroa Lemus

Vasija tipo códice. Procedencia: Guatemala, Belice o México, Museo de Arte del Condado de Los Ángeles.

nal ha sido la falta de educación de la población misma, que ve los hallazgos arqueológicos como algo ajeno a su propia identidad, objetos cuyo único valor es el que pagan los traficantes de arte y coleccionistas. Se dice también que las instituciones del Estado encargadas de resguardar el patrimonio no tienen los recursos para proteger tanta cantidad de sitios. Por eso mismo es que dichas instituciones deben analizar y anticipar los efectos negativos de autorizar trabajos que revelan masivamente nuevos hallazgos. Se debe entender que un componente esencial de cualquier propuesta nacional o internacional para descubrir y extraer del subsuelo hallazgos del patrimonio cultural, es anticipar cómo va a protegerse lo descubierto. Después de todo, cuando se trata del asedio por saqueadores y traficantes, se tienen apenas días o semanas para evitar la pérdida irreversible de cualquier tesoro recientemente revelado; en cambio, se tiene toda una eternidad para sacarlos a luz, de manera ordenada y responsable. Entendamos pues que la tecnología LIDAR es una herramienta de descubrimiento, no de protección. Utilizada irresponsablemente puede acelerar la destrucción del patrimonio. Aun cuando se rastree a baja altura sobre el terreno, y con gran densidad de puntos o coordenadas, la máxima resolución vertical y horizontal es, típicamente, del orden de medio metro. Es decir que no tiene la resolución espacial suficiente para distinguir túneles angostos individuales o laterales hechos por saqueadores. Y aun si la tuviera, un rastreo LIDAR provee una instantánea de la geografía rastreada: a menos que sea ejecutada muy periódicamente (por ejemplo, una vez por semana), no se podrá distinguir si un monumento está siendo socavado en el ínterin. De manera que si se dispone de recursos para incorporar tecnología en beneficio del patrimonio nacional, y del maya en particular, estos deben ser utilizados para resguardar y conservar, en lugar de descubrir y exponer. Entendemos que esta última y más urgente meta de resguardar no tiene el atractivo publicitario de los grandes descubrimientos que favorece la National Geographic y sociedades similares, pero a la larga son de mayor beneficio para la conservación del patrimonio nacional.

Tapadera de vasija con la efigie de Vukub Caquix, procedencia desconocida, en colección privada.

Educación para contrarrestar el saqueo del patrimonio

de que esto siga sucediendo, pero ahora a escala masiva, es real. De manera que la información recabada por LIDAR debe ser utilizada para identificar sitios cuya seguridad debe reforzarse, y no para iniciar nuevas excavaciones que expongan los sitios al saqueo, dada la inhabilidad de las instituciones gubernamentales para cuidarlos. Históricamente, el saqueo ha dado valiosas colecciones a los museos en los Estados Unidos y Europa, y se inició a gran escala por los exploradores aficionados de finales del siglo XIX y principios del XX. Como lo describe ya el explorador norteamericano John Lloyd Stephens alrededor de 1840, el país continuamente se encuentra en un estado de distracción, causado por las crisis políticas del momento, lo que facilita la sustracción y fuga de la propiedad cultural. A lo largo de las décadas, el factor más importante en el saqueo del patrimonio nacio-

Debe ser material indispensable en el currículum de educación primaria, y labor crítica de los maestros en cada escuela del país, principalmente en los rincones más apartados, inculcar a los niños mediante cuentos, leyendas, mitología e historia nacional, lo sagrado del patrimonio cultural, que no está a la venta ni a extranjeros ni nacionales, que es responsabilidad de cada guatemalteco cuidar de cualquier hallazgo y reportar evidencia de depredación a la autoridad correspondiente. Solo cuando cada guatemalteco se convierta en guardián de su propia herencia cultural, aprendiendo a apreciarla y cuidarla como si fuera parte de sí mismo, se podrá frenar la depredación del patrimonio. Un ejemplo quizá lo provea la actitud de las naciones indígenas en Norteamérica al resguardar su patrimonio: la explotación de sus tesoros ancestrales es considerada como una profanación de los ancestros mismos. * Doctor en Física

Vasija de procedencia desconocida, donación de John D. Rockefeller al Museo Metropolitano de Nueva York.

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Contando el tiempo

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ante la constatación de que jamás iba a ser económicamente autosuficiente. Y no ayuda que la institución responsable no fuese ni la CIA ni el Pentágono, sino USAID, la —a priori— más inofensiva agencia de cooperación estadounidense. Y sin embargo, en otros aspectos sí se han saldado algunas cuentas pendientes entre ambos países. Es el caso, por ejemplo, del intercambio de espías que tuvo lugar en diciembre de 2014: mientras La Habana entregaba al contratista estadounidense Alan Gross, Washington hacía lo propio con los tres miembros de la llamada “Red Avispa” de espías cubanos que todavía permanecían en prisiones estadounidenses. Gross había sido enviado por la USAID en 2009 a entregar material de telecomunicaciones a la comunidad judía de Cuba, por lo que fue considerado un agente de inteligencia por las autoridades cubanas y fue tratado como tal (él siempre lo negó, y su familia demandó a la agencia de cooperación estadounidense, alegando que la misión a la que le habían enviado entrañaba importantes riesgos de los que no había sido advertido. La demanda se resolvió mediante un acuerdo extrajudicial).

Avispas en la red

Ana Belén se mantuvo infiltrada durante aproximadamente 16 años en la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) sin percibir a cambio ni un solo centavo del Gobierno cubano.

Ana Belén Montes, la máxima especialista en Cuba del Departamento de Inteligencia de la Defensa de EE. UU., fue arrestada una semana después del 11-S por espiar para el régimen de Fidel Castro. Daniel Iriarte* Desde mi oficina puedo ver el Pentágono ardiendo. Nos esperan días negros; tanto odio...”. La analista Ana Belén Montes, la máxima especialista en Cuba del Departamento de Inteligencia de la Defensa de EE. UU. (DIA), escribía así a un viejo amigo a los pocos días del 11-S. Una semana después, miembros del FBI se personaban en su lugar de trabajo para arrestarla por espiar para el régimen de Fidel Castro. Se le considera la espía de mayor nivel que el régimen cubano haya logrado reclutar. Pero usted

probablemente jamás ha oído hablar de ella, y por buenas razones. “He venido a enterrar los últimos vestigios de la Guerra Fría en las Américas”, proclamó el presidente estadounidense Barack Obama durante su visita a Cuba el pasado marzo. A esta actitud aparentemente amistosa respondió Fidel Castro, pocos días después, con un gélido mensaje: “No necesitamos que el imperio nos regale nada”.

Al son del ZunZuneo

Tal vez no le faltasen razones al veterano revolucionario para desconfiar de la súbita cordialidad estadounidense: al fin y al cabo, no habían pasado ni dos años desde que había salido a la luz el escándalo de ZunZuneo, una iniciativa estadounidense para establecer un sistema de mensajería gratuita en Cuba que, en una segunda fase, hiciese posible la organización de un movimiento masivo de protestas contra los Castro, tal y como reveló una investigación de la agencia Associated Press. El proyecto también preveía la captación de músicos contestatarios cubanos, y el reclutamiento de estudiantes latinoamericanos que pudiesen actuar como agentes estadounidenses. La iniciativa no fue cancelada hasta 2012, cuando ZunZuneo tenía ya 40 mil usuarios,

Los cubanos, por su parte —Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero—, tres de los llamados “cinco héroes” por el Gobierno cubano, formaban parte de una red de agentes cuya misión era infiltrarse en las organizaciones de exiliados anticastristas, con el objetivo, según La Habana, de “prevenir atentados en la isla”. Uno de ellos, René González, había sido puesto en liberad condicional en 2011 y se le había permitido regresar a Cuba, mientras que otro, Fernando González, fue excarcelado tras cumplir 15 años de condena en 2014. Lo que las autoridades cubanas no dicen, y muchos en la propia isla ignoran, es que la “Red Avispa” estaba formada no por cinco agentes, sino por más de una veintena. Seis de ellos lograron huir a Cuba, mientras otros cinco optaron por cooperar con el FBI (a estos, obviamente, el régimen cubano no los considera “héroes”). Algunos más tenían cobertura diplomática y fueron expulsados, mientras que el resto quedó en libertad por falta de pruebas. Y luego estaba Ana Belén Montes. Hija de un psicólogo militar puertorriqueño y nacida en una base estadounidense en Nüremberg, Alemania, su bilingüismo le permitió acceder a la DIA en 1985, y pronto pasó a ocuparse de asuntos latinoamericanos: primero Nicaragua, en aquella época en plena guerra civil entre la “Contra” y el Gobierno sandinista, y desde 1992, también Cuba. Considerada una persona fiable y patriota, la pregunta que surge es: ¿cómo acaba una persona así trabajando para un régimen enemigo? Al parecer, Montes ya era una agente cubana cuando empezó a trabajar para el Pentágono, o


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le faltaba muy poco para serlo. La había reclutado una puertorriqueña, Marta Rita Velázquez, a la que conoció mientras estudiaba en la Universidad John Hopkins. Velázquez (cuyo nombre en clave era “Bárbara”) le presentó a oficiales cubanos de la Misión de la ONU, que le organizaron un curso de entrenamiento en Cuba, a donde viajó en 1985, vía Madrid y Praga. El proceso duró algún tiempo, pero está constatado que Montes comenzó a pasar información a la Dirección General de Inteligencia cubana (DGI) al menos desde 1991. Otro agente de la DIA que se convertiría en su némesis, Scott Carmichael, asegura que en 1987 Montes proporcionó los datos necesarios para que el Frente Farabundo Martí (una guerrilla salvadoreña apoyada por Cuba) pudiese atacar con éxito un campo de entrenamiento organizado por la CIA en El Salvador.

La sombra del topo

Su golpe maestro llegó a finales de 1998: Montes colaboró en un informe en el que se concluía que, tras el desplome de la URSS, Cuba ya no suponía un peligro para los EE. UU., una línea de pensamiento que acabó por imponerse en amplios sectores de Washington. Tras el desmantelamiento de la “Red Avispa”, esta interpretación parecía correcta. Mientras tanto, Montes se comunicaba con sus controladores mediante mensajes codificados enviados por una radio de onda corta, el mismo sistema que utilizaban todos los espías cubanos. Según admitiría ella misma posteriormente, desveló los nombres de al menos cuatro agentes de la CIA que operaban en Cuba. Pero poco después, Scott Carmichael empezó a sospechar la existencia de un topo. Tardó dos años en reunir las evidencias suficientes para forzar una investigación contra Montes. En aquellos días, la ansiedad de la mujer era compartida por las autoridades cubanas, que durante un tiempo tras el 11-S temieron que George W. Bush les incluyese también en el “eje del mal” y aprovechara la coyuntura para tratar de resolver militarmente la “cuestión cubana”. Además, en esta ocasión no podrían contar con la inestimable ayuda de Montes a la hora de prepararse para una invasión: la espía fue detenida el 20 de septiembre de 2001. Montes acabó declarándose culpable de los cargos de conspiración para cometer actos de espionaje, y fue sentenciada a 25 años de cárcel, de los cuales ha cumplido ya más de la mitad. Velázquez también sería posteriormente detenida y juzgada. “Yo considero que la política de nuestro Gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa”, explicó Montes en su juicio. “Me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político”. En una entrevista afirmó: “Es importante que en la isla sepan que

“Yo considero que la política de nuestro Gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa; me consideré moralmente obligada de ayudar a la Isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político”, declaró Montes ante el juez.

hay muchos norteamericanos honestos, aunque el sistema crea una forma de pensar que nos hace creernos superiores, dueños del mundo. Por eso para que las cosas cambien realmente, tiene que venir un cataclismo político en la vida norteamericana que haga evolucionar el pensamiento, la psicología y la cultura del país, preservando lo mejor que tengamos y modificando lo perjudicial”, aseguró. “No está a la vista ese cambio. Pero llegará. Me siento una contribuyente a ese cambio. Hay otras personas que también lo han hecho. No pretendo darme exclusividad”.

Comité por Ana

Ahora que “los cinco” están libres, Montes es el objeto de una campaña que comienza a cobrar fuerza. Según Fernando Ravsberg, excorresponsal de la BBC en Cuba, el diplomático cubano Néstor García Iturbe está gestionando bajo mano su libertad, tal vez promoviendo un intercambio con algún otro preso por espionaje en la isla (que podría ser Ernesto Borges Pérez, según especula la página anticastrista Cubanet.org). En Cuba ya existe un “Comité por Ana” que promueve su liberación, liderado por el profesor del Seminario Evangélico de Matanzas, Douglas Calvo. La iniciativa no cuenta con respaldo oficial, que durante mucho tiempo ha preferido no incidir en el asunto para no debilitar la defensa de sus “tres héroes”: su principal argumento era que estos no pretendían obtener secretos militares estadounidenses, sino prevenir acciones terroristas en la propia Cuba. Y a diferencia de ellos, Ana Belén Montes sí era una espía

Ana Belén Montes recibe un galardón de manos del director de la CIA, George Tenet, en 1997.

declarada.Para Calvo, esto no debería impedir su puesta en libertad. “Las personas que hoy puedan estar infiltradas en Al Qaeda o en otros grupos extremistas, ellos son también espías. No podemos demonizar a toda persona que realice un trabajo encubierto ni privarla de sus derechos, como ha ocurrido con Ana Belén, la cual está en aislamiento desde hace 14 años”, le dijo a Ravsberg. Al fin y al cabo, asegura, “el gran delito de Ana Belén fue decir la verdad en sus informes al Pentágono, que Cuba no constituye un peligro para la seguridad de EE. UU. ”. En un momento de deshielo, la causa de Montes cobra fuerza en la propia Cuba. Hoy, cada vez son más cubanos los que conocen su historia, y los que apoyan su causa. *El Confidencial


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De la serie Cortadores de banano, Éxodo, 1991 (100 x 130 cms), óleo sobre tela. Colección privada.

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La alquimia de Elmar

Si no existe innovación tecnológica propia, raras veces se logra originalidad en la producción artística. En la plástica de Elmar Rojas encontramos no menos de tres postulados esenciales con los cuales aborda los distintos procesos tecnológicos.

Lionel Méndez D’Ávila*

n primer lugar, la convicción de que solo el control exigente de una determinada técnica puede dar base a una expresión creativa. En segundo, el más absoluto respeto a la calidad expresiva, así como a los límites y posibilidades que permite el uso de un material pictórico y, por último, la certidumbre de que no puede darse un arte de vanguardia si no parte de una tecnología innovadora. Estos principios, a veces solo implícitos y otras ya perfilados de manera categórica, forman parte más bien —y de ahí han pasado a la pintura— de un conjunto de postulados que brindan soporte a la teoría de la arquitectura moderna, que trasciende las preocupaciones puramente estéticas y apunta hacia otras cues-

tiones y problemas tanto constructivo-tecnológicos como estético-humanísticos. La formación de arquitecto de Elmar Rojas lo ha puesto, sin duda, frente a este conjunto de “directrices” que alimentan en medida muy determinante las posiciones que aparecen como denominadores comunes de la doctrina arquitectónica en este siglo. El razonamiento para el primer postulado no es una perogrullada. Antes —y aún hay quienes ahora— entendían que el ingrediente determinante para el trabajo creativo era la “inspiración”. El Romanticismo, sobre todo, vino a sacralizar este “ignoto soplo del arrebato creador”. El delirio de estas creencias ideologizadas en exceso se precipita en posturas como las de los poetas malditos (que influyen en pintores de rompimiento como Gauguin y Van Gogh),


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Fotos: cortesía Irene Carlos

r Rojas quienes requerían de “acelerantes” providenciales para “sintonizar” su estro creativo. De aquí derivan muchas de las poses existencialistas y de toda la confusión metafísica. Las técnicas para transportar esos materiales extraídos de “hontanares obscuros hacia las diademas de la luz” no merecían, siempre, sin embargo, la justa importancia que de hecho reclamaban.

Imprimiendo su huella

Precisamente, uno de los aspectos que tiene como premisa la plástica de Elmar Rojas es su impecable y creativa factura técnica. El artista guatemalteco es un avezado investigador de viejos y nuevos materiales y de tradicionales y modernos procedimientos para ser utilizados en la construcción de la pintura. Ninguna técnica histórica como la encáustica, el óleo, el pastel, la acuarela, los acrílicos y las

Cadejo y Torofuego, 1990 (162 x 132 cms), óleo y acrílico sobre tela. Colección privada.

técnicas mixtas (incluso algún collage) resultan ajenas al artista. Ha experimentado con todas y, al utilizarlas, logra siempre imprimirles la huella de su originalidad en el tratamiento y en sus posibilidades. Podemos constatar en sus trabajos que nuevas etapas son vehiculizadas por nuevos materiales o bien por nuevos procesos que dan lugar a posibilidades inéditas de los mismos. Quizás uno de los casos más significativos de lo que exponemos sea el que ejemplifica en 1968 la serie de miniaturas con las cuales inaugura su extraordinaria crónica de la violencia en Guatemala (que toma como eje temático el suceso escabroso del asesinato político de una reina nacional de belleza). De pronto abrió un nuevo contenido para su trabajo, mediado por la utilización de una nueva técnica y sentido de la misma: la realización de miniaturas resueltas a la acuarela con un potente sentido de crítica social, transcrita por medio de concentraciones de tintas intensas y diseños y grafismos inequívocos organizados en apretados microcosmos en dimensiones de 10 por 15 centímetros. Inaugura también una nueva manera narrativa y un nuevo y fragante espacio pictó-

rico —poblado por dulces torsos femeninos y gatos siameses y frutas ingrávidas— en la serie de desnudos pintados entre 1975 y 1980. Allí también aborda una nueva técnica de la que hace todo un suceso plástico: la indagación de las posibilidades del pastel, no como una expresión menor o procedimiento para el aprendizaje de ciertos grafismos en la que se había refugiado, sino como un sujeto portador de distintas potencialidades capaces de situarla como medio de arte mayor. Así ocurre también con la nueva serie que se ha tornado en un universo cerrado en sí mismo, de Los espantapájaros, en la que inaugura una nueva ecuación técnica por medio de extendidos campos de acrílicos sobre los cuales caen finas neblinas de óleo para atrapar grandes atmósferas con espacios propicios para la exaltación de personajes conmemorativos que circulan sobre los lampos de luz brotados de increíbles colores solares y frutales que vienen de adentro. En la plástica de Elmar Rojas podemos observar cómo, a cada nueva estancia de trabajo creativo, se opera y perfecciona una nueva y audaz solución técnica que la hace posible. *Arquitecto


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Ventanas

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Chocolate en peligro Fotos: Archivo

Ya sea que tenga un paladar dulce o simplemente compre chocolate para hacer un regalo, hay motivos para preocuparse. El futuro del cacao, el corazón de una industria global del chocolate valorada en US $98 mil millones anuales, está bajo amenaza. La culpa la tiene una combinación de factores, desde el calentamiento global hasta las plagas. BBC ncluso algunos científicos fueron más lejos al pronosticar que el chocolate podría estar “en camino de extinguirse” en las próximas cuatro décadas. Mientras muchos piensan que esto es una exageración, otros expertos trabajan arduamente para encontrar una solución y evitar la catástrofe. Pero ¿porqué la oferta mundial de chocolate está amenazada?

El cacao es un fruto vulnerable a insectos, parásitos y hongos que proliferan con el cambio climático.

Comemos cada vez más chocolate

Según un informe de la firma de investigación Euromonitor, la demanda mundial de chocolate alcanzó las 7 mil 450 toneladas en 2016-17, un salto de más del 10 por ciento en comparación con 5 años antes. El apetito por el chocolate fue impulsado principalmente por un mayor consumo en China y la India,

Dos tazas de cacao Beber dos tazas de chocolate al día puede ayudar a las personas mayores a mantener su cerebro sano y sus habilidades cerebrales agudas, así lo aseguran investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (EE. UU.) en una edición reciente de la revista Neurology de la Academia Americana de Neurología. Un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, en colaboración con el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento y el Instituto Nacional del Corazón, ha realizado un experimento en 60 personas con una edad media de 73 años –sin indicios de demencia– para conocer los efectos del chocolate caliente

en su cerebro. Los participantes bebieron 2 tazas por día durante 30 días, siendo este el único chocolate que podían consumir durante ese período, y se les sometió a pruebas y ensayos sobre sus habilidades de memoria. Asimismo, pasaron una serie de análisis de ultrasonidos para medir la cantidad de flujo sanguíneo al cerebro durante el experimento. “Hemos avanzado en el conocimiento del flujo sanguíneo en el cerebro y su efecto en las capacidades de memoria. A medida que las diferentes áreas necesitan más energía para realizar sus tareas, también necesitan un mayor flujo de sangre. Esta relación, llamada

acoplamiento neurovascular, puede desempeñar un papel importante en enfermedades como el alzhéimer”, afirma Farzaneh A. Sorond, investigadora de la Escuela de Medicina de Harvard, que lidera el estudio y miembro de la Academia Americana de Neurología. De los 60 participantes, 18 mostraban un flujo sanguíneo disminuido al comienzo del estudio. Estos sujetos tuvieron una mejoría del 8.3 por ciento en el flujo de sangre al finalizar el experimento –en las áreas del cerebro que se trabajaron–. Sin embargo, no se apreciaron mejorías para aquellos individuos que empezaron con un flujo sanguíneo normal. Sinc


Viernes

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los dos países más poblados del mundo. India, por ejemplo, registró el mayor crecimiento en 2016, de un 13 por ciento. Los mayores golosos del mundo están en Estados Unidos, que representan el 20 por ciento del consumo mundial. Sin embargo, el país que más come chocolate per cápita es Suiza. Los suizos comieron un promedio de 11 kilogramos de chocolate por persona en 2016, según el organismo comercial Chocosuisse.

El suministro es complejo

Las cifras de la Organización Internacional del Cacao, que analiza el mercado de esa materia prima, muestran una variación entre excedentes y déficit de oferta en los últimos 20 años. Una encuesta reciente de comerciantes, analistas e intermediarios realizada por la agencia Bloomberg estimó que el suministro mundial de granos de cacao podría superar la demanda en 97mil 500 toneladas en la temporada 2017-18. Parece algo bueno, pero solo si usted es consumidor o fabricante. La sobreoferta tiene un impacto directo en los precios de los productos básicos. Los precios del cacao han estado disminuyendo. A fines de la década de 1970 superó los US $4 mil por tonelada, pero nunca volvió a alcanzar ese valor. En la actualidad ronda los US $2 mil 100. Los productores son los que más sienten las bajas en los precios. La gran mayoría de la producción mundial proviene de países de bajos ingresos. Los principales productores son, por ejemplo, los países africanos. Dos de ellos, Costa de Marfil y Ghana, son responsables de más de la mitad del cacao del mundo. Los activistas dicen que los productores recibieron alrededor del 6.6 por ciento del valor de una tonelada de cacao vendido. Para empeorar las cosas, la edad promedio de un productor de cacao es 51 años y los más jóvenes están cambiando su interés a los cultivos más rentables.

Cultivo difícil

El árbol de cacao, el Theobroma cacao, es nativo de áreas tropicales y solo crece bien en climas húmedos con una estación seca más corta y lluvia regular, lo que explica por qué

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básicamente se limita a un cinturón estrecho de 10 grados a cada lado de la línea del Ecuador. La producción no registra desarrollo: el 90 por ciento del cacao se cultiva en pequeñas granjas familiares. Cultivar y cosechar requiere de mucho trabajo: las vainas de cacao no maduran al mismo tiempo y los árboles deben ser sometidos a un monitoreo continuo. Según la ONG Make Chocolate Fair, el árbol de cacao da fruto todo el año y se necesita toda la cosecha de un árbol para hacer medio kilo de cacao.

El cambio climático

Pequeñas fluctuaciones en el clima pueden dañar la producción, por lo que el cambio climático no es realmente lo que la industria necesita. Un informe reciente del Instituto de Genómica Innovadora de la Universidad de California (EE. UU.) pronostica que “el cambio climático reducirá significativamente la cantidad de tierra apta para cultivar cacao en las próximas décadas”. La investigación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático sugiere que Costa de Marfil y Ghana perderán cantidades significativas de área de cultivo adecuada.

La fiesta de las plagas

A diferencia de otros cultivos importantes que fueron objeto de continuos esfuerzos científicos para aumentar la productividad y crear mayor resistencia al estrés y enfermedades ambientales, el cacao sigue siendo básicamente una planta silvestre. Si en su hábitat americano los árboles “aprendieron” a manejar los patógenos del área, la introducción del árbol en África por parte de los colonizadores europeos en el siglo XIX, cambió las cosas. “Estas plantas fueron llevadas a un nuevo continente y a un ambiente al que no estaban adaptadas. Debido a que el cacao nunca se cultivó sistemáticamente, tiene una diversidad genética muy estrecha y los virus pueden vencer su resistencia reorganizando sus genomas”, escribe Judy Brown, una viróloga de plantas de la Universidad de Arizona (EE. UU.). Y las amenazas también incluyen el daño por insectos y las infecciones por hongos, como la que azotó el noreste de Brasil a fines de la

década de 1980, que resultó en una disminución de la producción de 320 mil toneladas por año a 191 mil entre 1991 y 2000. Hasta ahora, la única forma en que los productores manejan los árboles enfermos es reemplazándolos, pero el problema es que pueden infectarse durante semanas o meses antes de mostrar síntomas, y así pueden transmitir enfermedades a sus vecinos antes de ser detectados. El equipo de Judy Brown de la Universidad de Arizona está trabajando en colaboración con Mars Inc, uno de los gigantes del sector de la confitería a base de chocolate, para desarrollar un “kit de prueba molecular” que los agricultores pueden utilizar para detectar signos de infección. Un equipo del Instituto Innovative Genomics también está experimentando con el uso de la manipulación genética para hacer que las semillas de cacao sean más resistentes. Así que, si cruzamos los dedos, podremos seguir disfrutando de nuestro amado chocolate en los próximos años.

Mejorando la textura

Un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) ha descrito en primicia la síntesis enzimática de polirricinoleato de poliglicerol (PGPR), un aditivo alimentario (E-476) muy utilizado en la industria del chocolate, puesto que modifica su viscosidad, mejorando las propiedades reológicas del chocolate fundido. El PGPR ayuda a prevenir el fenómeno del fat bloom (color blanquecino que se produce en las piezas de chocolate cuando se enfría tras haberse calentado). Desde hace algún tiempo, el grupo de Análisis y Simulación de Procesos Químicos, Bioquímicos y de Membrana del Departamento

de Ingeniería Química de la Universidad de Murcia, investiga la puesta a punto de un proceso de síntesis enzimática de PGPR que, al transcurrir en condiciones de operación suaves, evitarían la aparición de los problemas que se originan con la vía química. El equipo ha analizado la producción de PGPR a partir de una mezcla de ácido polirricinoleico y poliglicerol, con 21 lipasas de diferentes fuentes. Solo 12 de ellas mostraron su capacidad para catalizar la reacción de esterificación, siendo todas ellas de origen microbiano. El proceso de selección se basó tanto en criterios de actividad enzimática como económicos.

En el disfrute del chocolate intervienen todos los sentidos, y constituye una sustancia considerada estimulante y curativa.

Finalmente se escogieron las lipasas de Mucor javanicus, Rhizopus arrhizus y Rhizopus oryzae, que fueron inmovilizadas con éxito en una resina de intercambio aniónico, y mostraron una capacidad adecuada para ser usadas en la síntesis de PGPR. En la actualidad, el PGPR se obtiene por métodos químicos, que implican largos tiempos de reacción, elevadas temperaturas y uso de catalizadores, provocándose multitud de reacciones secundarias que inducen la aparición de subproductos que confieren al producto final características indeseables de olor y color. Sinc



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