El cómic “Hoy es un buen día para morir” reconcilia a Colo con el ser humano

Dice de sí mismo que es un dibujante “torpón”, pero tan bien lo disimula que, tras sorprender en 2010 con “De Perros y de Huesos”, Colo regresa con fuerza con “Hoy es un buen día para morir”, una intensa historia apocalíptica a la que le ha dedicado seis años y que le ha “conectado” con el ser humano.

“?¡Y fíjate que es un tebeo!!”, exclama en una conversación con Efe Jesús Colominas, Colo, en referencia a esta afirmación sobre lo que esta novela gráfica editada por Dibbuks le ha proporcionado: “Hombre, no he eliminando el hambre en el mundo, pero desde mi terreno este trabajo me ha reconciliado con mi especie”.

En “Hoy es un buen día para morir” este reconocido profesional en el mundo publicitario (donde ha participado en campañas nacionales e internacionales) nos adentra en una historia en la que el virus mortal llamado “el mal de la tristeza” azota a la especie humana provocando cuadros depresivos que acaban con el suicidio, en algunos casos, o con una descarga química cerebral que mata a los afectados.

Un historia que no es amable, aunque está llena de vida y de esa “pasión” que Colo (Madrid, 1968) tiene por su día a día. Una trama, también, que nació cuando éste romántico percibió en los primeros años de la crisis económica española una sensación de “mucha desesperanza”.

“Había una sensación de descomposición brutal, se tenía la sensación de que se había vivido de una manera y de que eso se perdía y no había nada que hacer. Y el futuro se cerraba completamente, nadie era capaz de vislumbrar más allá de seis meses, incluso gente que tenía trabajo”, relata al tiempo que desvela el por qué del nombre del virus.

“El 'mal de la tristeza' venía de ahí, de esa sensación de decir ¡caray esto se nos va al garete!”, apunta.

Por eso este cómic tiene dos lecturas muy actuales, la del mundo amenazado y la de cómo reacciona el ser humano ante situaciones extremas; algo que tiene que ver también, “un poco”, con “exorcismos personales”, como confiesa riéndose.

“En el mundillo de la publicidad yo tuve que vivir la desgracia, o la suerte, de que me fue muy bien. Me llamaban de todas las agencias, pero llegó un momento en que mi sueño, que eran mis cómics, quedó en el olvido. Uno tiene que trabajar, pero eso no justifica la vida, hace falta algo más, una pasión”, dice.

Una explicación que lleva a entender el por qué de que se trate de una obra de más de 380 páginas a la que ha dedicado seis años de su vida: “Me gusta mucho meterme en proyectos a los que dedicar mucha energía, porque creo que cuando dedicas mucha energía en una cosa empiezan a pasar cosas y tienes más tiempo de reflexionar”.

Para reflexionar y para finalizar proyectos tan largos como este cómic, ya que Colo trabaja sin guión y con materiales “muy malos” para sentirse “más cómodo”, porque se considera un dibujante “normalito” y “torpón” que se “asusta” si trabaja con materiales.

Pero de “normalito” Colo tiene poco porque en “Hoy es un buen día para morir” vuelve a demostrar que domina este arte en el que el ordenador entra en la última fase para dar texturas casi de acuarela a sus viñetas.

“Parto de una idea aproximada de lo que quiero contar- añade respecto a su manera de idear la historia- y hago casi un ejercicio de improvisación sobre esa idea, algo parecido al jazz. Se tiene un esquema de lo que se va a tocar y se improvisa”.

Y es que la música también está muy presente en este proyecto porque Colo y sus colegas músicos crearon ex profeso el grupo “Hielo Rojo” para darle a este cómic una banda sonora apropiada para que el lector alcance el clímax.