Ya se olisqueaba algo Antoine Griezmann cuando vio que Fernando Torres y Ángel Correa se colocaban en la línea de banda para liderar el último asalto al Real Madrid. El francés no había lanzado ni una sola vez, ni a portería ni fuera, y tenía claro que su momento había llegado de nuevo. Igual que lo hizo ante el Leganés o el Deportivo, con los partidos por decidir. Antoine vive un momento desconocido para él y, sobre todo, para el Atlético, que siempre se encomendaba a sus virtudes cuando más complicado era el desafío. Así, agarrado a su zurda o a alguna de sus genialidades, ganó Simeone un puñado de partidos estos años. Pero anoche, la historia se repitió.

«Me enseñaron a estar a muerte con los que los que son de mi familia. A muerte con ellos hasta el día que no estén. No voy a cambiar», lanzó Simeone en la sala de prensa del Wanda Metropolitano. Algo disgustado por la reacción del público cuando el francés dejó su lugar en el campo a Torres.

Uno contra los fantasmas

El argentino no dudó en volverse hacia la grada para exigirles que cambiaran los silbidos por reconfortantes aplausos. Porque Antoine no sólo se encuentra sumido en su peor sequía, tras sumar su octavo partido sin ver portería, sino que no termina de mostrar al jugador alegre y desequilibrante que daba aire al equipo con su permanente conexión al juego colectivo.

«Estamos a muerte con Antoine, no hay duda en el vestuario. Nos encanta contar con esa alegría y locura que él tiene», admitía Saúl, uno de sus principales apoyos en el vestuario, siguiendo la línea que Koke inició antes del derbi. Ni una sola fisura ante la estrella. «Lo veo con la mente puesta en el equipo. Seguro que cuando meta uno, se espantarán los fantasmas», añadía Juanfran, que mostró en el derbi su mejor cara.

Pese a la sequía, todos saben que por las botas de Griezmann pasan muchas de las opciones del equipo para el próximo miércoles frente a la Roma, donde las urgencias en Europa obligan a ganar el partido para seguir agarrados a una mínima vía de acceso a los octavos de la Champions.

Aquella matinal ante el Sevilla

«La pelotita se está resistiendo, si hoy entra la de Correa o la de Kevin (Gameiro), no se hablaría tanto de Antoine, sino de nuestra fortaleza y de que el Madrid no tuvo ocasiones», añadía el lateral después de otra jornada sin puntería, lejos del gol. El regalo de Varane a Correa o el genial remate de Gameiro, que sacó el propio Varane en lo que fue su redención, acabaron como viene siendo habitual en los últimos tiempos.

El Atlético lleva 10 partidos sin hacer más de un gol, desde aquella matinal ante el Sevilla, a finales de septiembre. De hecho siete de los 16 tantos que acumula en Liga los firmó en los dos primeros partidos: Girona y Las Palmas. «Estamos en un periodo donde no nos encontramos con el gol fácilmente», admitía anoche Simeone. Y el técnico tiene una solución: «Trabajo, trabajo y trabajo y después, talento».