El nuevo equipamiento, reconocido ya por su compromiso de sostenibilidad, integración en el entorno y uso de materiales y técnicas energéticas innovadoras, acoge la obra de Fulton, una artista caminante que, escindiéndose del denominado Land Art, ha investigado, durante los últimos 50 años y en cientos de caminatas tanto en solitario como grupales, sobre el caminar como práctica artística.

Él observa el paisaje, no lo modifica, no deja huella. Caminar es un acto contra la alienación. Como segura, «caminar, sin recurrir a ningún otro medio de locomoción que nuestros propios pies, sin sucedáneos, nos permite experimentar la vida: relajación, ejercicio, meditación, salud, oxigenar el cerebro, transporte, deporte, marchas de protesta pacíficas, arte y mucho más».

La FCAYC reivindica caminar como política y acude a Fulton, un referente en la puesta en práctica de esta metodología. El sentido de esta colaboración es afrontar la relación con el contexto como un proceso en curso antes que como una colección de objetos de mayor o menor reflejo artístico. Para llevar a cabo este proyecto el artista ha realizado una caminata circular en solitario durante 14 días por la zona occidental de Picos de Europa, el contexto en el que se circunscribe la Fundación.

En octubre del 2016 y partiendo de Soto de Sajambre, el artista daba continuidad a otras siete caminatas interconectadas por la península, que ya realizara en las últimas décadas.

En paralelo a la exposición, la Fundación ha editado un libro donde se recogen textos de Olvido García Valdés, María Dolores Garralda, Eduardo Martínez de Pisón, Tonia Raquejo y Marifé Santiago Bolaños, así como una intervención gráfica de Hamish Fulton de 24 páginas, titulada Footnotes. Este proyecto ha sido posible gracias al equipo de la Galería Espaivisor.

Posibilidades del medio rural

FCAYC se asienta en Cerezales del Condado desde hace ocho años. Su presencia en este territorio tiene que ver con el origen de su fundador, Antonino Fernández, vecino del pueblo, emigrante en México y destacado industrial fallecido recientemente. Su compromiso con el pueblo le llevó a dotarle de una institución de carácter cultural y educativo, ya que sitúa parte de las razones que le obligaron a emigrar en la carencia de este tipo de recursos.

FCAYC obra interior.

FCAYC obra interior.

La personalidad institucional de la FCAYC se encuentra ligada a la investigación, la producción y la difusión en el plano de la cultura y el arte contemporáneos. Atiende, además, a aspectos que abarcan las artes del sonido. Se ocupa, con especial atención, del desarrollo del territorio y su puesta en valor a través de la actualización, recuperación y transmisión crítica de conocimiento, con un área específica de trabajo que se define como etnoeducación. En esta última se investiga sobre las posibilidades del medio rural, entendido en una escala local y global, mediante diferentes metodologías y programas que se insertan y afectan a su estructura socio-económica, política, cultural y educativa.

La Fundación ha ocupado en sus primeros años el espacio de unas antiguas escuelas construidas durante los años 30 del siglo XX, actualmente rehabilitadas. FCAYC va camino de los 70.000 participantes y ha llegado a realizar más de 600 actividades, que van desde exposiciones, conciertos, talleres, seminarios, proyectos en residencia, producciones propias, coproducciones con otras instituciones y agentes, festivales, viajes, rutas, proyectos en relación al estudio y respeto del entorno y todo tipo de formatos de actividad propios de la sociedad del conocimiento.

En 2014 se comenzó a trabajar en la construcción de un nuevo equipamiento con el estudio de arquitectura Alejandro Zaera-Polo + Maider Llaguno (AZPML), que acoge su primera actividad abierta al público, dando comienzo una nueva etapa. Con estructura y cubrimiento de madera, cuenta con espacios versátiles destinados a sala de exposiciones, aulas didácticas y de ensayo, un centro de documentación, un laboratorio de etnoeducación, un auditorio y otros espacios al aire libre que dan continuidad a la actual personalidad de FCAYC.

Tiene una superficie de 2.700 metros cuadrados en forma de cinco naves contiguas que dialogan con la arquitectura tradicional del territorio mediante formas y materiales locales. A su vez, su envolvente en madera de alerce, sin tratamiento, envejece a ritmo natural y se fusiona con los patrones vegetales del paisaje. Como excepción, los frentes norte y sur quedan definidos como grandes fachadas de vidrio que permiten mantener una permanente relación entre el interior y el exterior. El edifico, ubicado en la parcela superior cercana al monte y alejada del frente urbano principal, se esconde y camufla tras la vegetación existente.