«En un segundo te puede cambiar la vida para siempre»

Hay un segundo que marca el destino de tu vida. Ese segundo que no se deja atrapar es el que empuja a los socorristas en el momento de un rescate a tirarse al agua –impulsados por una cabeza fría y la rapidez de sus movimientos– y marca el éxito del salvamento. «Nuestro principal objetivo es el salvamento de cualquier persona que requiera nuestros servicios. Estamos preparados para afrontar cualquier tipo de situaciones», cuenta Pedro Aguilar, socorrista de la playa de Camposoto, en San Fernando.

La obligación diaria no es un trabajo porque nace de la vocación, de la pasión por ayudar a los demás. Ese es el sentimiento generalizado dentro del mundo del socorrismo. «A diario nos encontramos en las playas a pandillas de jóvenes que se tiran al agua con apenas profundidad, en la misma orilla y no son conscientes del peligro que conlleva. Son muy confiados», cuenta.

Pedro asegura que no solamente es necesario comprobar la profundidad del agua y la distancia desde la que un se tira, «sino también recordar que esta práctica requiere de una especial cualificación y experiencia. La playa no es como la piscina que ves el fondo, sino que en la playa te puedes encontrar con un banco de arena y no lo hayas visto a primera vista».

Las zambullidas incorrectas en el agua son la causa del 6% de las lesiones medulares en España en un perfil que corresponde con mayor frecuencia entre los varones jóvenes de entre 15 y 25 años. Pedro Aguilar es tajante a la hora de no tirarse de cabeza al agua. «Yo no lo recomiendo, no obstante, si lo hace siempre con las manos en la por delante y la cabeza entre los brazos extendidos, de manera que si se produce un impacto este sea contra los brazos y no contra la cabeza». Esta intervención no es la única que puede suceder y por ello Aguilar pide «extremar el cuidado en el baño, sobre todo de niños y ancianos». Una actuación que se recomienda al encontrarse cerca de alguien que sufre problemas para mantenerse a flote es ayudarle con inflables o tablas y avisar con urgencia a los Servicios de Emergencia y el puesto de salvamento más cercano.

Por otra parte, en caso de que se produzca un accidente, y ante la necesidad de la recogida y manipulación de la víctima, Pedro Aguilar recuerda que es muy importante «inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. No se debe transportar al lesionado en un vehículo particular».